La sororidad, hermana, pasa por dar la mano a Nagarin - Alfa y Omega

La sororidad, hermana, pasa por dar la mano a Nagarin

Las niñas iraníes son gaseadas en la escuela como castigo por querer ser libres con la connivencia de los docentes

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Ser niña es una maldición. Mucho más allá de la esclavitud de la talla de ropa, del futuro bótox o de la dictadura transgénero por contagio —que no es poco— hay lugares donde las niñas son gaseadas en la escuela como castigo por querer ser libres. Es el caso de Irán, donde desde hace meses hay colegios que liberan sustancias tóxicas contra las estudiantes con la connivencia de los docentes. El director del colegio de Sahinshahr tardó un rato en llamar a la ambulancia mientras las niñas se desmayaban en el jardín. «Dejad de bromear», decía desde antes del suceso. Se comportaba aquel día de forma diferente de lo habitual. El pasado 11 de abril, doce colegios femeninos informaron de intoxicaciones y 170 chicas tuvieron que ser atendidas. Expertos de la ONU hablan ya de al menos 1.200 víctimas.

En Afganistán llevan casi dos años sin poder ni siquiera acudir a la escuela, relegadas a tareas domésticas, a salir a la calle acompañadas de un miembro masculino de su familia y a vestir pertrechadas con un traje tumba. En el continente africano tienen prohibido sentir. Por eso madres y abuelas las arrastran hasta las manos sucias de un intento de curandera que, con una cuchilla infecta, saja su clítoris sin anestesia ni conocimientos. Muchas quedan estériles para siempre; sin contar las que mueren por infecciones o desangradas. En Bangladés el 50 % de las menores de 15 años ya es esposa forzada de un hombre que, con suerte, les duplica la edad. Lo normal es que la triplique. Con todo lo que eso conlleva.

Pero la realidad es que ser niña es una bendición. Hijas amadas del Padre, a imagen de la Madre, empiezan poco a poco a despertar. Lecturas clandestinas en Kabul; velos arrancados en Teherán; escapadas del rito de ablación en Níger; deseos de estudiar y labrar su propio futuro en Bangladés. Lo que no pueden es hacerlo solas. La tan nombrada sororidad, hermana, también pasa por dar la mano a Nagarin de Sahinshahr.

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