La prohibición del aborto eugenésico en Polonia, «desafío» para el movimiento provida
Para que la sentencia contraria al aborto del Tribunal Constitucional no se vea como «una exigencia de heroísmo», hay que «mostrar que no se va a dejar solas a las familias que aceptan a un niño enfermo o discapacitado», afirma el presidente de la Federación Polaca de Movimientos de Defensa de la Vida y la Familia
La inminente prohibición del aborto eugenésico en Polonia no debe hacer que el movimiento provida caiga en el «triunfalismo» ni se «duerma en los laureles» de la «victoria». Al contrario, «es más bien un enorme desafío» y una invitación a «trabajar duro», asegura Jakub Baltroszewicz, presidente de la Federación Polaca de Movimientos de Defensa de la Vida y la Familia. «Tenemos que demostrar que estamos a la altura».
Este miércoles, el Tribunal Constitucional publicó la justificación de la sentencia del 22 de octubre que declaraba inconstitucional el aborto por enfermedades o malformaciones del feto. El Gobierno polaco anunció la publicación en el equivalente del Boletín Oficial del Estado la implementación de la misma.
En octubre, esta sentencia provocó una oleada de manifestaciones de partidarios del aborto, lo que impulsó al Gobierno a retrasar unos meses la entrada en vigor de las normas que adaptan la sentencia. También esta semana se han producido protestas en Varsovia y otras ciudades.
«No dejar solas a las familias»
Pero la federación provida del país afronta este tiempo de otra manera, explicaba su presidente a la agencia católica KAI. Consideran prioritario «mostrar que no se va a dejar solas a las familias que aceptan a un niño enfermo o discapacitado. Debemos adoptar soluciones sistémicas, legales y económicas, que les ofrezcan apoyo total». Solo entonces «la sentencia tendrá todo su sentido». Si no, «podría verse como una exigencia de heroísmo, como afirman los partidarios del aborto».
En primer lugar, Baltroszewicz pide ayudas económicas. Por ejemplo, incrementar de 40 a 400 euros la prestación por cuidado de un hijo enfermo, y que esta sea compatible con que alguno de los padres trabaje desde casa. También pide facilitar el acceso a la rehabilitación y «que en el sistema de salud se introduzcan sistemáticamente hospicios perinatales», que acompañen y cuiden a los niños que nazcan con enfermedades mortales y a sus familias.
«A esos niños, al matarlos por aborto eugenésico, no se los trataba como a humanos y nadie cuidaba de ellos», recuerda el líder provida; mientras que en estos lugares se les atenderá de forma que no sufran «y sus padres tengan atención psicológica adecuada y la oportunidad de despedirse de ellos». Con pasos así, se iniciará un camino «para mostrar a la sociedad polaca que el argumento pro-elección, que se basa en la creencia de que a veces la vida no merece ser vivida, no tiene base». Y que el aborto «no es la única solución sensata».
Como la ley antitabaco
A quienes dicen que esas ayudas deberían haberse establecido antes porque restringir el acceso al aborto no va a reducirlo sin más, Baltroszewicz les responde que cuando se implantó en el país una ley antitabaco «se hizo sin esperar a las campañas contra el tabaquismo y a un cambio de valores. Y resultó que la ley se respetó y cambiaron» los hábitos. «Esto muestra que la norma puede tener un significado educativo y cultural». En el caso del aborto, si se esperara a que los cambios sociales vinieran solos «muchos niños morirían mientras».
El presidente de la Federación Polaca de Movimientos de Defensa de la Vida y la Familia también se muestra crítico con algunos contrarios al aborto. En su opinión, el rechazo social cada vez mayor hacia la defensa de la vida se debe en parte a que «algunos círculos que se describen como provida centran sus actividades en mostrar la crueldad del aborto y usan un lenguaje profundamente polarizador». Si bien «lo que enseñan es verdad», la comunidad deberían «centrarse en construir un sistema de ayuda y apoyo», y en campañas menos agresivas y con mensajes positivos.
Solo 2.000 abortos al año
Hasta este momento, en Polonia el aborto solo estaba despenalizado en tres supuestos: violación, riesgo para la salud de la madre, y enfermedades o malformaciones en el feto. Sin embargo esta ley, muy similar a la de supuestos de 1985 en España, se aplica estrictamente y oficialmente no se superan los 2.000 abortos al año, con una población de 38 millones de personas. La mayoría de ellos se practicaban bajo el supuesto eugenésico.
Los defensores del aborto aseguran que unas 200.000 mujeres abortan de forma clandestina. Un dato que resulta difícil de creer, pues duplicaría la cifra de un país como España, donde existe el aborto libre hasta la semana 14 de gestación. Esta supuesta cantidad de abortos clandestinos tampoco parece traducirse en un aumento de la mortalidad materna. Según el Banco Mundial, esta tasa en el país eslavo se encuentra en dos muertes por 100.000 nacidos vivos, una tercera parte de la media de la UE (seis), y la mitad de la de España (cuatro).