La peregrinación inversa de la Virgen cambió la vida de Miriam
Madre Ven llegó hasta casa de Miriam, a la que una enfermedad rara dejó en cama. Gracias a la Virgen conoció a una doctora especialista en su patología. «María lo ha hilado todo», confiesa la joven, una de las protagonistas del filme que recoge los frutos de esta peregrinación
En 2021 un grupo de laicos se sintieron inspirados por la Virgen para llevar una imagen suya en peregrinación por toda España. El proyecto, al que llamaron Madre Ven, era desmesurado, pero se pusieron manos a la obra y, al final, recorrieron a pie 10.800 kilómetros por casi todas las diócesis. En Alicante, estaba prevista que la talla hiciese parada en la parroquia de San Bartolomé y de ahí se fuera para Orihuela. Sin embargo, la peregrinación hizo un desvío no programado de varios kilómetros para pasar por la casa de Miriam García, a la que le habían detectado una enfermedad rara que la había postrado en cama.
«Cuando me enteré de que venía la Virgen pedí que pudiera visitar mi casa, pero iban con retraso y me dijeron que no podía ser», explica Mónica Cerdán, madre de Miriam. Así que, como la Virgen no iba a poder ir hasta ellos, ella se fue a ver a la Madre a la cercana parroquia de San Bartolomé. «Le pedí por mi hija y por la familia, que a raíz de recién diagnosticada enfermedad de Miriam se estaba resquebrajando».
- El 1 de mayo de 2021 Madre Ven comenzó su peregrinación desde Zaragoza.
- El 25 de julio, fiesta de Santiago apóstol, la Virgen llegó a Compostela.
- Terminó el 12 de octubre, día de la Hispanidad, en el Cerro de los Ángeles, de Getafe, junto a la imagen del Sagrado Corazón de Jesús.
- Madre Ven, la película se estrena en cines este viernes, 25 de noviembre.
Mónica acudió a la celebración junto a su amiga Ana, quien insistió para ir a hablar con el responsable de la peregrinación, que se encontraba por allí. «Le conté nuestro caso, pero me dijo que iban muy mal de tiempo. Aun así, me recomendó que rezara, que si la Virgen quería, iría a visitar nuestra casa», recuerda.
Al día siguiente, muy temprano, Cerdán recibió una llamada en su móvil. La Virgen había escuchado sus oraciones y la comitiva ya se dirigía hacia allí. «La visita duró cerca de 20 minutos. La imagen primero estuvo en la entrada de la casa y luego la pasamos a una capilla que tenemos». Este encuentro lo cambió todo, pero para entenderlo hay que bucear primero en la historia reciente de Miriam.
Bailarina y deportista
«A nivel físico era muy activa. Yo me había trasladado a Madrid para estudiar y salía a correr todos los días. Mi rutina era muy saludable. Me cuidaba mucho. Iba a baile también», explica la joven. En la fe sucedía lo contrario. «Sí, íbamos a Misa los domingos, pero yo la verdad es que no me acordaba más de Dios a lo largo de la semana».
En este contexto, Miriam se contagió de mononucleosis y, más tarde, tuvo un problema en la garganta. «A raíz de ahí empecé a encontrarme mal. No me podía mover ni levantarme de la cama. Tenía una sensación de cansancio extremo. Unos dolores muy fuertes», confiesa. A pesar de ello, no quería ir al médico al pensar que se trataría de las secuelas de la mononucleosis. «Pero ya llegó un punto, tras sufrir un desmayo y ver que una pierna me fallaba, que pensé que no era normal y fui a un neurólogo». Tras realizar algunas pruebas, el doctor le recomendó que fuera a su localidad de origen y que se hiciera allí más. Le diagnosticaron encefalomielitis miálgica, para la que no existen cura ni tratamiento. «Solo nos hablaban de paliativos», asegura Mónica, con la voz entrecortada. «No salía casi de la cama. Cuando tenía que ir al médico, me tenían que llevar en silla de ruedas. Es una enfermedad que ataca al sistema nervioso central y al periférico», añade Miriam.
Fue entonces cuando la Virgen apareció en su casa, una visita que ha sido recogida en Madre Ven, la película, de Goya Producciones, que se estrena este viernes, 25 de noviembre. El filme recuerda aquella peregrinación por España y presenta un ramillete de testimonios, como el de Mónica y Miriam, que sobrecogen. «Tener a esta Virgen en casa fue emocionante. No le pedí nada. Solo me dio por llorar y por estar allí como cuando necesitas el consuelo de una madre», rememora la joven. Poco después, madre e hija decidieron apuntarse a un retiro de sanación en El Escorial del padre Salvador Romero, que pertenece a la comunidad Somos hijos de Dios. «Aunque hubo gente que se curó, yo tengo que ser sincera. A mí me vino muy bien a nivel espiritual, pero no fui sanada», reconoce.
Una vez concluido el retiro, las dos mujeres pidieron si alguien las podía acercar a Atocha. Se ofreció una mujer, Amparo Quintana. En el coche, la conductora contó que era doctora y que se dedicaba a las enfermedades raras. Una de sus especialidades, la que más había trabajado, era precisamente la encefalomielitis. «No me lo creía. ¡Era mi enfermedad! En aquel momento, ella me dijo unas palabras proféticas: “Él quiere que te ponga a trabajar a su servicio”. Vi cómo la Virgen había hilado todo». De esta forma, la doctora empezó a tratar a Miriam.
«Todavía estoy con el tratamiento, pero me encuentro muchísimo mejor. La fatiga ha descendido una barbaridad. Ya puedo hacer deporte y bailar. Tengo mucha más calidad de vida, porque antes no podía salir de la cama. No era el plan que yo tenía, pero el Señor siempre sorprende», concluye García.