Uno de los redescubrimientos de la pandemia ha sido la fuerza narrativa y espiritual de los salmos. La liturgia, sabiamente, jalona nuestro día con estas oraciones que, muchas veces, rezo a la carrera y sin profundizar. Ahora, forzada a parar, estoy saboreando la belleza de estos poemas sagrados. Gratitud, alegría, confianza, admiración, paz, angustia, tristeza, abismo, prueba. La experiencia humana trascendiendo el tiempo y el espacio se hace palabra, palabra que se eleva al que es Palabra hecha carne.
Estas últimas semanas han sido intensas en Talawakelle. Hay muchas familias a las que el arroz de cada día no les llega. Muchos de los nacionales aún no pueden reincorporarse al trabajo, y los que dependen de familiares en el extranjero están aún peor. Dice el refranero español que, a perro flaco, todo son pulgas, y aquí han llegado en forma de ciclón. Amphan ha dejado lluvias torrenciales, inundaciones y deslizamiento de tierras. En la zona de la parroquia, varias comunidades se han visto afectadas. Se intervino rápido y no ha muerto nadie, gracias a Dios, pero casas y tierras de labor se han echado a perder.
Mientras escribo, suena el teléfono. Es Nidharshan, el de noveno, con mil preguntas. Le explico que estoy escribiendo y me pide escribir él también. Tiene una sensibilidad especial ante el sufrimiento de los demás. Varios compañeros de clase están entre los afectados y se siente inquieto. En un lapso de 20 minutos me ha enviado tres textos. El primero, muy académico: causas y consecuencias de las inundaciones en Sri Lanka; sobresaliente en Sociales. El segundo parece un examen de conciencia, se centra en el uso y abuso que los humanos hacemos de la naturaleza. Creo que el vídeo que les envié sobre la Laudato si le ha tocado. El tercero es él, en toda su sencillez y su grandeza de corazón. Qué van a comer, cómo van a cocinar, qué van a vestir, cómo van a estudiar sus compañeros si todo está lleno de agua y de barro. Ya no hay más preguntas ni más textos. Poner palabras a lo que lleva dentro le ha dado cierta paz. Le pregunto cuál es el último mensaje que quiere dar a los lectores españoles: «Cuidad de la naturaleza, ella nos cuidará a nosotros».
«La voz del Señor se cierne sobre las aguas, el Dios de la gloria ha tronado, el Señor se cierne sobre las aguas torrenciales. El Señor domina las aguas desbordadas […] el Señor bendice a su pueblo con la paz». Nidharshan, da igual que no conozcas estas palabras del salmo 29. El Señor ya te ha bendecido con su paz.