«La oración del cristiano es sobre todo un encuentro con el Otro»
«La meditación representa un alto terraplén contra el estrés cotidiano y el vacío que se esparce por todos lados en el voraz mundo occidental», ha dicho el Papa durante la audiencia
De la oración vocal a la oración de meditación. Es la transición que ha hecho el Papa Francisco en la audiencia general de este miércoles, que ha vuelto dedicar a la oración. En su catequesis número 31 sobre el tema. ¿Por qué tanta insistencia? La meditación, que «hace intervenir al pensamiento, la imaginación, la emoción y el deseo», es «necesaria para profundizar en las convicciones de fe, suscitar la conversión del corazón y fortalecer la voluntad de seguir a Cristo».
Sin embargo, esta práctica no es propiedad exclusiva de los cristianos, sino que es una realidad «en casi todas las religiones del mundo». Incluso tiene difusión «entre personas que no tienen una visión religiosa de la vida», ha explicado el Santo Padre. «Sobre todo, la meditación se busca en el voraz mundo occidental porque esta representa un alto terraplén contra el estrés cotidiano y el vacío que se esparce por todos lados», ha añadido.
Más allá de otros credos, para un cristiano meditar «significa ponerse delante de la gran página de la Revelación para intentar hacerla nuestra, asumiéndola completamente». Peo no se trata de dejarla encerrada dentro de sí, ha explicado el Papa, sino que «esa Palabra debe encontrarse con otro libro, que el Catecismo llama“el de la vida”».
De esta forma, el cristiano cuando reza, «no se pone en búsqueda del núcleo más profundo de su yo; la oración del cristiano es sobre todo encuentro con el Otro con la O mayúscula». Un encuentro que pasa, ha concluido el Pontífice, «por el único camino de la oración: Cristo Jesús. No es posible meditar sin la ayuda del Espíritu Santo».