La nueva ley de desperdicio alimentario obliga a donar los excedentes a entidades sociales

El Congreso de los Diputados ha aprobado este jueves la nueva Ley de Prevención de las Pérdidas y del Desperdicio Alimentario, que ya puede publicarse en el BOE y entrar en vigor. Termina así la larga tramitación de esta norma, que el Gobierno presentó por primera vez la pasada legislatura y cuyo avance se vio truncado por las elecciones generales de 2023. Se retomó en enero de 2024.

El texto busca prevenir y reducir el desperdicio de los alimentos por parte de todos los agentes de la cadena; para ello, establece una jerarquía de prioridades de solución. El primer paso es la prevención. Todas las empresas implicadas en la producción, elaboración y distribución de comida, incluida la hostelería y la restauración, deberán elaborar planes para reducir al máximo las pérdidas y los desperdicios. Quedan excluidas las microempresas y pequeñas explotaciones agrarias.

Esto incluye que los restaurantes ofrezcan la posibilidad de llevar a casa comida o bebida envasada que no haya sido consumida. También que los establecimientos de venta incentiven, por ejemplo con descuentos, el consumo de alimentos poco estéticos, de proximidad y ecológicos; también el de aquellos próximos a su fecha de caducidad. 

Consumo humano 

Los excedentes que no se puedan evitar tendrán que destinarse en primer lugar para el consumo humano si están en condiciones para ello. Para eso, habrá que donarlos a entidades sociales. Los excedentes que ni siquiera sirvan para este fin se destinarán al consumo animal o la elaboración de compost o biocombustibles. 

Fuera de la votación han quedado una serie de enmiendas incorporadas en el Senado que afectaban al presupuesto y fueron vetadas por el Gobierno. También otra del PP para aplicar tipos reducidos de IVA hasta el 31 de diciembre de 2025 a alimentos como el pan, los quesos, huevos, frutas, verduras, aceites y pastas; u otra de ERC para alargar la vida de plantas de tratamiento de purín. 

65,5 kilos por hogar  

Durante el año 2022, cada hogar español desperdició, de media, aproximadamente 65,5 kilos o litros de alimentos y bebidas, informa Europa Press. Los productos sin elaborar siguen siendo los más desperdiciados, aunque en 2022 fueron un 9 % menos que en 2021. Respecto a los platos cocinados, su desperdicio aumentó un 6,7 % respecto a 2021. 

En cuanto al comportamiento fuera del hogar, aunque el consumo alimentario aumentó un 6,1 % en el año 2022, se produjo una reducción del desperdicio del 11,3 %. Esto supone una reducción en más de cuatro millones de kilos o litros respecto del 2021. 

La nueva norma incorpora también una enmienda del PP para desproteger al lobo, que ha salido adelante con el apoyo de Vox, Junts y PNV. Se incorporó en el trámite en el Senado y contempla sacar al lobo del Listado de Especies Silvestres en Régimen de Protección Especial (LESPRE), en el caso de las poblaciones de la zona norte del Duero.