La Merced Migraciones apuesta por los pueblos para la acogida - Alfa y Omega

La Merced Migraciones apuesta por los pueblos para la acogida

En su última memoria, detalla cómo su recurso en la ciudadrealeña Herencia ha permitido «que la vecindad facilite la integración» de 18 personas

Rodrigo Moreno Quicios
Salif, Luis Callejas, Pilar Moreno y José María Sánchez durante la presentación de la memoria de La Merced Migraciones correspondiente a 2023
Salif, Luis Callejas, Pilar Moreno y José María Sánchez durante la presentación de la memoria de La Merced Migraciones correspondiente a 2023. Foto: Rodrigo Moreno Quicios.

«Nos unimos para hacer no un recorrido de cifras sino un recorrido de rostros», ha dicho Luis Callejas, vicepresidente de La Merced Migraciones, durante la presentación en Madrid este lunes de su actividad durante el pasado 2023. La memoria detalla que esta fundación amplió durante el año pasado sus plazas de 154 a 190, ha contado con 90 asistentes a clase de español, prestado servicios jurídicos a 700 e insertado laboralmente a 400. Su atención se centra en migrantes y refugiados en situación de vulnerabilidad. 

Bajo el título Un pueblo que acoge, el documento se centra especialmente en la acogida que La Merced Migraciones ha llevado a cabo en el pueblo ciudadrealeño de Herencia, donde cuenta con una casa con ocho plazas por la que pasaron 18 personas a lo largo del año pasado. Por eso la memoria arranca parafraseando el inicio de El Quijote. Con una diferencia: «De este pueblo sí quiero acordarme porque es el mío», ha apuntado Callejas. 

El religioso mercedario ha explicado que, aunque a veces «existe cierto miedo a ir a un pueblo porque uno piensa que hay menos recursos», la ventaja que ha tenido esta intervención en Herencia es que «al final, el contacto con los vecinos es mucho más cercano». «La vecindad es un valor muy importante que los chicos han vivido como algo muy facilitador para su integración». 

Así lo ha experimentado Salif, procedente de Guinea Bissau y de 23 años. «Salí de mi país para proteger mi vida», ha revelado. Tras pasar por Senegal, Mauritana y Marruecos, llegó a Lanzarote. De allí fue trasladado a Las Palmas, donde pasó dos días; después a Tenerife, donde «empecé a hablar español» en un recurso de Accem. Tras pasar seis meses allí, fue derivado al centro de Accem en Sigüenza hasta acabar en noviembre de 2022 en el recurso de la Merced Migraciones tiene en Herencia, donde finalmente ha echado raíces. 

Tras realizar cursos de cocina y construcción, ahora trabaja como albañil en este pueblo manchego. Con esa experiencia positiva, confía en que «muchos chicos pueden conseguir lo mismo que yo gracias a la fundación». Aunque la Administración pasó por alto los peligros de su país para concederle el estatus de refugiado, ahora vive legalmente en España con todos los permisos por arraigo laboral. 

Por su parte, Pilar Moreno, educadora en la casa de La Merced Migraciones en Herencia, ha compartido «la satisfacción de que un chico llegue, se adapte, pueda conseguir su documentación, encontrar trabajo y tener independencia». «Es un reto diario que me hace feliz», ha añadido. 

Finalmente, José María Sánchez, un voluntario ligado a esta fundación desde 2019, «antes de que hubiera casa de acogida en Herencia», ha contado cómo se pasa a menudo por el recurso para realizar labores de mantenimiento y charlar con los chavales. «Al final un grifo o una bombilla es una excusa, lo importante es el acompañamiento». Recalca que lo que le ocupa «no es la casa sino la gente que vive en ella». Y concluye alegando que «para los mercedarios, visitar y redimir es fundamental, pero a veces nos olvidamos de visitar y a todos nos gusta».