La luz que se ha apagado en Cañada Real, donde llevan más de dos años sin suministro eléctrico, se ha encendido en el Centro Dramático Nacional (CDN), que desde el 7 de octubre y hasta el 13 de noviembre acoge la obra 400 días sin luz. En ella se cuenta la vida a oscuras de los vecinos del poblado y su lucha por salir adelante.
El proyecto surgió tras Filomena, la histórica nevada que tiñó Madrid de blanco. Entonces, Raquel Alarcón estaba involucrada en otro proyecto, Dramawalker Cañada Real, que era «como llevar al público a la Cañada, porque la propuesta consistía en contar cómo se vive en el barrio a través de las voces de sus vecinos». La idea era «escuchar los relatos de los vecinos», y de un grupo de dramaturgos «a través de un dispositivo móvil, mientras se recorre el barrio» física o virtualmente. Ahora se trata de lo contrario: «llevar Cañada Real al público, al Centro Dramático Nacional», explica Alarcón, que es la directora de la obra. Para ello, 400 días sin luz, que gira en torno a la historia de Wafa y su propósito de estudiar Medicina, cuenta con tres vecinas reales del poblado —Khadija Ajahiou, Houda Akrikez y Rahma Hitachi— muy involucradas en el trabajo de recuperar su derecho al suministro eléctrico. «La lucha nace de las mujeres porque fuimos las primeras afectadas. Además de la conciliación familiar, la búsqueda de empleo, los estudios… Nuestras tareas domésticas se multiplicaron. Lavar la ropa a mano o calentar agua para bañar a los niños es un retroceso en el tiempo», lamenta Akrikez.
De esta forma, la obra aspira a dar a «conocer a las personas que viven allí». Saber cómo es su día a día más cotidiano, «qué significa no tener luz, qué cosas te pasan a nivel práctica y emocional, y qué sueños dejas de cumplir», asegura Vanessa Espín, autora del texto. «También me interesaba saber qué vínculo tienen las personas con el territorio, un barrio es un lugar donde se teje la comunidad», concluye.