La Iglesia se vuelca con las víctimas del derrumbamiento en Miami

La Iglesia se vuelca con las víctimas del derrumbamiento en Miami

La parroquia de San José, que teme por diez de sus familias, permanece abierta todo el día y ha ofrecido su aparcamiento a los equipos de rescate que buscan a las víctimas de la torre Champlain

Redacción
Los equipos de rescaten seguían buscando el domingo a supervivientes entre los escombros del bloque de apartamentos. Foto: AFP / Giorgio Viera

La parroquia de San José, en Miami (Estados Unidos), aún se encuentra conmocionada por el derrumbamiento de la torre Champlain, en Surfside, que se ha saldado con al menos nueve muertes confirmadas. Es la comunidad cristiana más cercana, y al menos diez de las familias de la comunidad se encuentran entre los 156 desaparecidos. Otras dos se han salvado, pues no estaba en el edificio cuando se derrumbó en la madrugada del jueves.

Uno de los nueve fallecidos es Manny Lafont, feligrés de la también cercana parroquia de San Patricio. Y, entre los desaparecidos se ha sabido que está Ana Mora, profesora recién jubilada del instituto jesuita Belén, junto con su marido Juan y su hijo del mismo nombre, además de varios familiares de otros exalumnos.

El sábado, el secretario de Estado del Vaticano, cardenal Pietro Parolin, envió un telegrama de pésame en nombre del Papa Francisco al arzobispo de Miami, Thomas G. Wenski. Expresaba su «profunda tristeza por la dolorosa pérdida de vidas», y sus oraciones por el eterno descanso de los fallecidos, el consuelo de sus seres queridos y la fortaleza para los afectados. Manifestaba asimismo su «gratitud por los incansables esfuerzos de los equipos de rescate».

Parroquia abierta

«He visitado el edificio muchas veces y he cenado en casa de algunos de los desaparecidos», compartió con los medios el padre Juan Sosa, el párroco de San José, el viernes por la mañana. Minutos después, celebró una Misa por los fallecidos. Ese mismo día también visitó dos veces el centro comunitario habilitado como refugio para las familias desalojadas del edificio gemelo y punto de información para los parientes de los desaparecidos.

Misa por los fallecidos, el domingo en la parroquia de San José. Foto: AFP / Giorgio Viera

«Para nosotros es muy importante hacer algo en este momento para traer esperanza a esas personas», subrayó en declaraciones recogidas en el portal de la archidiócesis de Miami. Por otro lado, San José ha ofrecido su aparcamiento para los equipos de rescate. Y el templo permanece abierto durante todo el día para acoger a quienes pudieran buscar consuelo tras la tragedia.

La red de entidades benéficas Catholic Charities espera poder ofrecer en breve un servicio más estable de acompañamiento y escucha. De momento, el mismo jueves lanzó una campaña extraordinaria de recaudación de fondos para poder ofrecer a los afectados una residencia temporal y ayuda material.

Peor que un huracán

«He trabajado en huracanes, pero en nada como esto», confesaba al Florida Catholic Jackie Carron, una de las responsables de la entidad. Desde el centro de acogida a las familias, subrayaba que era «desgarrador» ver «la mirada de tristeza en los rostros de todos».

En su comparecencia ante los medios, el padre Sosa intentó compartir con los afectados un mensaje de esperanza. A quienes sufrían por la pérdida de un ser querido, por la incertidumbre sobre su paradero o por la pérdida de su hogar, los animaba a «tener el corazón puesto en Aquel que puede regalarnos la oportunidad de volver a ver a nuestros seres queridos, Dios. Mantened vuestros corazones abiertos para que podáis sentir y experimentar, en medio del dolor, la presencia sanadora del Señor».

Subrayaba también cómo en medio de la tragedia muchas personas estaban siendo capaces de «entenderse unos a otros de formas en las que no lo hacían antes. Ahora, de algún modo, estamos todos juntos intentando aliviar el dolor causado por esta situación».