La Iglesia pide abordar la inseguridad en el oeste de Kenia tras el asesinato de un sacerdote
Alloyce Cheruiyot Bett fue tiroteado el 22 de mayo en el problemático valle de Kerio. Una semana antes, otro presbítero murió de forma violenta en una parte diferente del país
El asesinato el 22 de mayo del sacerdote keniata Alloyce Cheruiyot Bett «es una campana de alarma para todos nosotros». Lo subrayó el pasado domingo el obispo de Eldoret, Dominic Kimengich, durante la Misa exequial por el padre Bett. El sacerdote fue tiroteado en Tot, en el valle de Kerio, una región de la meseta occidental de Kenia. La Misa exequial tuvo lugar en Nerkwo.
Kimengich pidió a las autoridades civiles que «se tomen en serio el tema de la inseguridad» que afecta a la región. «Tal vez se necesitó la vida del padre Bett para abordar seriamente la cuestión de la paz» en la zona, añadió. Pero advirtió de que si la situación continúa «es probable que ningún sacerdote quiera viajar a la región porque no se siente seguro. Este es el efecto dominó de este incidente».
«He trabajado en varias regiones en conflicto, pero nunca había sido asesinado un sacerdote», compartió, según recoge Fides. «Realmente, es algo sobre lo que tenemos que reflexionar».
La muerte del sacerdote, que solo llevaba seis meses en la zona, se produjo en medio de una crisis de inseguridad en todo el valle. De hecho, tras el tiroteo que puso fin a su vida, un sindicato de profesores exigió el cierre de 73 centros educativos por el peligro. El Gobierno respondió desplegando a reservistas de la Policía Nacional en escuelas, hospitales e infraestructura crítica. Pero a pesar de ello este martes tres colegios permanecían cerrados.
El inspector general de la Policía, Eliud Lagat, aseguró el lunes que «sabemos quién lo hizo. La comunidad debe dar un paso al frente y dar los nombres en tres días para que se haga justicia».
Por su parte, el secretario del gabinete del Ministerio de Interior, Kipchumba Murkomen, atribuyó el asesinato a la operación de las autoridades contra los delincuentes que operan en la región. «En semanas recientes, nuestras Fuerzas de Seguridad han intensificado su campaña contra los bandidos y ha habido detenciones. Como resultado, y frustrados por no poder robar ganado, estos han recurrido a actividades terroristas en las que matan a civiles inocentes dentro de la comunidad».
Herido en la carretera
Se da la circunstancia de que el asesinato de este sacerdote en el valle de Kerio se produjo solo una semana después de la muerte violenta de otro presbítero. El 15 de mayo, John Ndegwa Maina, párroco de la iglesia de San Luis en Igwamiti, fue hallado en la carretera de Gilgil a Nairobi —una zona distinta a Kerio— con graves heridas en la cabeza. Murió poco después en el Hospital St. Joseph’s Mission.
En este caso el obispo local, Joseph Ndembu Mbatia, de Nyahururu, intentó tranquilizar a los fieles. Durante el funeral, celebrado el 22 de mayo, se desligó de las informaciones de algunos medios según las cuales «nuestro sacerdote había sido asesinado. Me pregunté de dónde sacaban su información». Todavía «hay una investigación en curso» por parte de la Dirección de Investigaciones Criminales, por lo que pidió paciencia y no especular.