«La Iglesia no quiere repetir errores»
El Papa ha repasado su viaje a Canadá durante la primera audiencia general tras el parón del mes de julio
Como suele hacer cada vez que regresa de uno de sus viajes, este miércoles el Santo Padre ha repasado durante la audiencia general los principales momentos de su visita a Canadá.
Ha sido la primera audiencia después de la tradicional suspensión del mes de julio, el mes en el que el Papa suele tomarse un descanso de sus compromisos públicos. La cita se ha celebrado en el Aula Nervi porque las temperaturas en la Ciudad Eterna no permiten permanecer en la plaza de San Pedro ni siquiera en las primeras horas del día.
Francisco ha recordado que el objetivo de su viaje ha sido abrazar a las poblaciones nativas, «expresarles mi cercanía y mi dolor y pedir perdón». «En Canadá se ha emprendido un camino para escribir una nueva página; una página importante de este camino que la Iglesia está realizando junto a los pueblos indígenas», ha resumido. Ha cifrado este recorrido en tres palabras, «memoria, reconciliación y curación», tres elementos de los que «brota la esperanza por la Iglesia, en Canadá y en todos los lugares».
Durante la audiencia, el Papa se ha confesado impresionado por los testimonios de los supervivientes de las escuelas residenciales canadienses. Por eso, ha reiterado que fue para pedir perdón porque, si bien muchos católicos defendieron la dignidad de las poblaciones indígenas, otros no lo hicieron: «Por desgracia no faltaron cristianos, —sacerdotes, religiosos, religiosas y laicos—, que participaron en programas que hoy sabemos que son inaceptables y contrarios al Evangelio. Por eso fui a pedir perdón».
Francisco también ha señalado que pudo comprobar los efectos reales de la colonización. Ha insistido en que la Iglesia no puede volver a participar de este tipo de mentalidad colonizadora que, sin embargo, hoy se presenta «bajo varias formas de colonizaciones ideológicas, que amenazan a las tradiciones, la historia y los vínculos religiosos de los pueblos, aplastando las diferencias». Por ello, ha asegurado, en español, que «ante las ideologías que amenazan a los pueblos intentando borrar su historia y sus tradiciones, la Iglesia se siente interpelada y no quiere repetir errores».
Que no se esconda la verdad
En el turno de saludos en las distintas lenguas, Francisco ha dado las gracias a los polacos por seguir abriendo las puertas y acogiendo a los refugiados ucranianos. Ha querido reconocer especialmente el trabajo de las hermanas de Santa Isabel presentes en Ucrania.
El Pontífice tampoco ha querido pasar por alto que este jueves se cumplen dos años de la tremenda explosión del puerto de Beirut. Ha asegurado que piensa en las víctimas y las familias de las víctimas y ha expresado un deseo, «justicia y verdad», «que no se puede esconder jamás». Por último, ha pedido a la comunidad internacional que ayude al Líbano a renacer por el valor que supone en el contexto de Oriente Medio, porque es «una tierra de paz y pluralismo donde distintas comunidades religiosas pueden vivir en fraternidad».