La Iglesia aumenta la inversión en caridad
El testimonio de la religiosa Elisa Sánchez en la presentación de la Memoria de actividades de la Iglesia refleja la apuesta por la salud mental. En conjunto, las obras asistenciales tienen 3,78 millones de beneficiarios
El primer contacto que Elisa Sánchez tuvo con la salud mental fue en su etapa de estudiante de Medicina. La joven había estado alejada de la Iglesia, pero la situación se revertió al conocer a los Misioneros de la Consolata. «Fueron ellos los que me propusieron hacer un voluntariado en el centro que las Hermanas Hospitalarias tienen en Málaga», rememora. En él las religiosas fundadas por san Benito Menni atienden desde 1884 a personas con ese tipo de problemas, así como con discapacidad intelectual y también a personas mayores. «Hicimos una obra de teatro para animar y apoyar a los pacientes. La excusa que pusimos fue la inauguración de uno de los pabellones», relata Sánchez. Reconoce que la «normalidad» y «alegría» de una de las monjas le tocó el corazón y le hizo darse cuenta de su vocación religiosa.
Ahora Elisa, 24 años después, es una hospitalaria más y dedica su vida, principalmente, a la medicina geriátrica, un ámbito —junto al de la salud mental— que fue de los más golpeados por la pandemia del coronavirus. En su momento, el Gobierno calculó que 20.268 ancianos que vivían en residencias murieron entre los primeros días de marzo y el 23 de junio de 2020. Una cruda realidad que coincidió con el confinamiento de los españoles decretado por el Ejecutivo de Pedro Sánchez. «Tras el aislamiento, vivimos un pico en el número de suicidios y se pusieron de manifiesto problemas como el de la soledad», resume Sánchez, que ha visto una evolución en los diagnósticos. Actualmente, «en nuestros centros tenemos mucha variedad de pacientes; pero lo que más se ve es esquizofrenia y, cada vez más, patología dual: trastorno mental asociado al consumo de drogas», explica. La religiosa compartió su testimonio en la presentación de la memoria de actividades de la Iglesia en 2023 en España, el pasado 19 de diciembre en la Fundación Pablo VI.
En el ámbito asistencial, el texto refleja un aumento del presupuesto del 30,3 % (16,76 millones de euros más) respecto al año anterior y ya cuenta con 8.796 centros y 3.778.740 beneficiarios. «Somos una conferencia episcopal pionera en el mundo en lo que se refiere a la presentación de un informe de estas características. Se trata de un ejercicio de transparencia enorme», destacó Ester Martín, directora de la oficina de Transparencia de la Conferencia Episcopal, en la rueda de prensa de presentación. Los datos hablan por sí solos. Según la memoria, en España hay 22.933 parroquias; un millón de cofrades; 32.967 religiosos; 15.669 sacerdotes, y 10.147 misioneros. Atendiendo a lo sacramental, destacan las 171.494 confirmaciones o lo 159.129 bautizos. «Al contemplar estos datos nos damos cuenta de que, de verdad, en la Iglesia caben todos y la formamos todos. De eso hay que dar gracias», como destaca el presidente de la CEE, cardenal Omella, al inicio del documento.