La Iglesia atendió en 2021 a casi cuatro millones de personas en sus centros sociales

La Iglesia sigue siendo fundamental para que millones de personas en nuestro país puedan tener una vida digna. Según recoge la Memoria anual de actividades correspondiente a 2021 y presentada este miércoles por la Conferencia Episcopal Española (CEE), casi cuatro millones de personas fueron atendidas en alguno de los 8.864 centros asistenciales católicos. Una actividad que se ha incrementado un 70 % en los últimos diez años. En total, el montante que las diócesis dedicaron a esta labor supera los 55 millones de euros.

El mayor número de recursos en este ámbito se destinan a la lucha contra la pobreza: a los 6.300 centros acudieron en 2021 más de dos millones de personas. Del mismo modo, se acompañó a personas en la búsqueda de un empleo —125.823— y se ofreció acogida, formación y orientación a 109.101 migrantes.

Especialmente importante es la tarea de los centros para la defensa de la vida y la familia, con casi 80.000 beneficiarios, y aquellos destinados a la promoción de la mujer, a los que acudieron cerca de 30.000 personas, entre mujeres solas o con hijos en dificultad, víctimas de explotación, trata o de violencia.

Por otra parte, la Memoria también expone la actividad celebrativa. Como durante el año anterior, el 2020, se cancelaron muchos sacramentos por la COVID-19, en 2021 repuntó el número de bautizos —casi 50.000 más—, primeras comuniones —20.810 más—, matrimonios —el doble— y confirmaciones —24.137 más—. A nivel general, el 67,2 % de los españoles se declaran católicos y 8,26 millones acuden regularmente.

Para que esto se pueda llevar a cabo, son muchas las personas implicadas, entre sacerdotes, religiosos, catequistas y demás laicos. Por ejemplo, los 16.126 sacerdotes —la cifra vuelve a descender un año más— dedicaron 28 millones de horas de trabajo. A los que están en España hay que sumar los 10.382 misioneros y 542 familias en misión por todo el mundo.

No menos importante es el trabajo que está desempeñando la Iglesia a nivel pastoral en hospitales, cárceles, en el sector marítimo. También en la educación, cuyos centros ahorran al Estado 4.356 millones de euros anuales. O en lo que tiene que ver con el patrimonio cultural, material e inmaterial, que aporta un 3 % al PIB.

Preguntado por la crisis que vive la Iglesia en el ámbito de las vocaciones, el secretario general y portavoz de la CEE, César García Magán, ha señalado que hay que enmarcarla en una crisis de desvinculación que afecta a toda la sociedad, y, por eso, la Iglesia está insistiendo en el primer anuncio, la nueva evangelización, la utilización de nuevas metodologías… «Ya se ven brotes verdes en jóvenes en las grandes ciudades», ha añadido, al tiempo que ha recordado el crecimiento de los bautismos de adultos.

Por su parte, la directora de la Oficina de Transparencia de la CEE, Ester Martín, ha recordado que toda esta labor se lleva a cabo gracias a la colaboración de los fieles y a la asignación tributaria. Esta última partida, aunque importante, solo supone entre el 20 % y 30 % de los ingresos de la economía diocesana. Y por eso, una de las prioridades de la Iglesia en estos momentos a nivel económico es el incremento de las suscripciones, pues ayudan a saber de antemano con los recursos que va a contar.