En vez de convertirse en bandera de los promotores del aborto, el desenlace del caso Beatriz en El Salvador ha sido «el ejemplo de lo que hay que hacer», incluso ante embarazos muy complicados, ha asegurado la Federación Española de Asociaciones Provida. Beatriz, que padece lupus, problemas renales e hipertensión, estaba embarazada de 27 semanas. El bebé que esperaba, además, tenía anencefalia, la ausencia de un cerebro completo, lo que hacía previsible que no sobreviviera. Los médicos habían programado una cesárea para esta semana, que se le practicó el lunes al ponerse de parto de forma natural. La niña sobrevivió cinco horas, y murió por «su enfermedad, con la atención médica necesaria y con las condiciones acordes a la dignidad humana», no «troceada o quemada con una inyección salina» como en un aborto, destaca Provida.
El Salvador ha sufrido, en las últimas semanas, una gran presión por parte de entidades abortistas. A ellas se sumó la Corte Interamericana de Derechos Humanos, después de que, el 29 de mayo, la Corte Suprema del país, donde el aborto está totalmente prohibido, sentenciara que «los derechos de la madre no pueden privilegiarse sobre los del nasciturus». Las entidades provida han criticado la manipulación del caso, en «una estrategia de comunicación que se repite una vez y otra: se busca un caso duro para, explotando la sensibilidad y emotividad general, evitar un debate racional», aseguró don Benigno Blanco, presidente del Foro Español de la Familia. Derecho a Vivir ha subrayado que «a los partidarios del aborto sólo les queda la mentira para difundir su ideología».