El Papa pide una liturgia que no dé la espalda al mundo - Alfa y Omega

El Papa reclama una liturgia que vuelva a Dios sin «dar la espalda al mundo»

«Es la obra de Cristo y de la Iglesia. Es un organismo vivo, como una planta, no se puede descuidar ni maltratar», ha dicho ante miembros de la Asociación Italiana de Profesores y Doctores de Liturgia

Redacción
Familia
El Papa recibe al capítulo general de los padres de Schoenstatt. Foto: Vatican News.

«La liturgia es la obra de Cristo y de la Iglesia, y como tal es un organismo vivo, como una planta, no se puede descuidar ni maltratar. No es un monumento de mármol o de bronce, no es algo de museo. La liturgia está viva como una planta, y debe ser cultivada con cuidado». Así se ha manifestado el Papa Francisco en una audiencia con los miembros de la Asociación Italiana de Profesores y Doctores de Liturgia. El Pontífice ha retomado este jueves las reuniones privadas en el palacio apostólico, que habían sido suspendidas durante el verano, informa Europa Press.

En este sentido, ha pedido a los sacerdotes «un trabajo de discernimiento e investigación», porque no se puede «separar la dimensión académica de la pastoral y la espiritual». «Una de las principales aportaciones del Concilio Vaticano II fue precisamente intentar superar el divorcio entre teología y pastoral, entre fe y vida», ha destacado el Papa que, en julio de 2021, con el motu proprio Traditionis custodes, restringió la celebración de la misa tradicional en latín.

En su opinión, es necesaria «una visión elevada de la liturgia, de modo que no se reduzca a disquisiciones de detalles». Así, ha pedido que no sea «mundana, sino que eleve los ojos al cielo, para sentir que el mundo y la vida están habitados por el misterio de Cristo», pero al mismo tiempo que tenga «los pies en la tierra», que no esté «alejada de la vida». «Las dos cosas juntas: volver la mirada al Señor sin dar la espalda al mundo», ha asegurado.

El 29 de junio de 2022, Francisco publicó la carta apostólica Desiderio desideravi, sobre la formación litúrgica del pueblo de Dios. Al hilo de este documento, el Papa ha recordado la necesidad de «encontrar cauces adecuados para un estudio de la liturgia que supere el ámbito académico y llegue al pueblo de Dios».

Denuncia los ataques a la familia

En otro de los encuentros del día, esta vez con los padres de Schoenstatt, movimiento fundado en Alemania en 1914 por el padre José Kentenich, el Papa ha lamentado que «con frecuencia, la naturaleza de la familia es atacada por diversas ideologías, que hacen tambalear los cimientos que sostienen la personalidad del ser humano y, en general, toda la sociedad». Ha denunciado así las «ideologías» que penetran en la concepción social de la familia, aunque en lo específico no se ha referido a la ideología de género que pretende cancelar o desestimar la diversidad sexual y de género.

De este modo, ha reivindicado «el modelo que ofrece la Sagrada Familia, y especialmente la Virgen María, quien cuida con un amor tierno y comprometido de todos sus hijos e hijas, especialmente los más pobres, en cuerpo y en espíritu».

«Ella, en el hermoso himno del Magníficat, confiesa las proezas del Señor, que derriba del trono a los poderosos y enaltece a los humildes, a los hambrientos los colma de bienes y a los ricos los despide vacíos», dijo haciendo referencia a la promesa hecha con los padres en la fe.

En este marco, ha defendido que la Virgen María es «un modelo para todos», que impulsa a «crear puentes fundados en la caridad fraterna y la comunión de bienes con los más necesitados» y que, al mismo tiempo, da a la sociedad «sabiduría y valor para ir al encuentro de quienes se han alejado de la amistad con el Señor, para recuperarlos con el testimonio de la vida nueva en Cristo, que se caracteriza por la misericordia».

Alianza entre generaciones

Además también ha manifestado que en el seno de las familias, «se constata en muchas ocasiones una distancia de comprensión entre los ancianos y los jóvenes». Así, ha instado a crear una «alianza entre las generaciones», es decir, de los mayores con los más pequeños, que es lo que «puede salvar a la humanidad».

Para el Pontífice solo de esa manera «se conserva la identidad personal y familiar» y no se hereda «solamente un patrimonio genético o un apellido, sino que principalmente se hereda la sabiduría de lo que significa ser humano, de acuerdo al proyecto de Dios». «El misterio de nuestra redención está, pues, íntimamente ligado también a la vivencia del amor en las familias», ha concluido.