La española que leyó en la Misa de inicio de pontificado de León XIV: «Vi al Papa emocionado»
La arquitecta e ilustradora española Mariola Borrell, que vive en Roma desde hace tres años —«trabajo en proyectos de formación internacionales para gente joven»—, fue la encargada de leer la primera lectura en la Misa de inicio de pontificado de León XIV
¿Cómo termina leyendo en la Misa de inicio de pontificado de León XIV?
De casualidad. Fue un regalo, porque no me lo esperaba para nada. De hecho, fue curioso porque en el funeral de Francisco me pregunté cómo se llega a leer en una celebración de estas características. Ahora, después de algunos días, ya lo sé… cada uno llega allí de las maneras más diversas y sorprendentes. En mi caso, como digo, fue una casualidad. El sacerdote encargado de buscar a los lectores le preguntó a otro sacerdote, que contactó a una amiga mía a ver si conocía a alguien y dio mi nombre, una cadena de casualidades. Estaban buscando a una mujer joven, laica, que viviera en Roma y que hablara español y yo cumplía las cuatro cosas. Sinceramente, nunca pensé que me llamarían, pero me contactaron al cabo de unos días. La verdad es que estoy muy contenta.
¿Qué ha supuesto esta experiencia para usted?
Ha sido una experiencia impresionante. Poder asistir al funeral de Francisco, aunque estaba apretujada en medio de la multitud, ya me pareció un regalazo, pero poder participar de manera activa en la Misa de inicio del pontificado de León XIV, ha sido emocionante. Pude seguir la celebración muy de cerca. El sacerdote, por ejemplo, que le quitó el solideo al Papa, pasó a mi lado y de hecho lo dejó en una mesita que estaba muy cerca; los que llevaban las ofrendas, los del rito de la obediencia…. Es como estar en el backstage de un evento súper importante para toda la Iglesia. Poderlo vivir desde dentro y representar a todos los jóvenes —representar a esa Iglesia joven— me pareció un regalo. Es verdad que al principio estaba un poco nerviosa por el hecho de tener que leer ante tantas personas, el Papa y tantos jefes de Estado, pero el sacerdote que nos acompañaba me tomó un poco el pelo y la verdad es que se me quitaron los nervios. Y he de decir que fue un guiño del cielo la lectura que me tocó, que fue la de «la piedra que desecharon los arquitectos»… resulta que yo soy arquitecta.
¿Pudo cruzar algunas palabras con el Papa? ¿Cómo lo vio?
Tenía esperanza de poder hablar con él, pero no pudo ser. Me hubiese encantado. Lo vi muy emocionado, muy recogido y rezando mucho, lo cual me ayudó a rezar durante la ceremonia. Me pareció muy consciente de cada cosa que pasaba.
¿Qué destacaría de todo lo que ha vivido estos días?
La humildad y la fe del Papa; que se han reflejado en tantas cosas pero también en sus palabras cuando dijo que había acogido el cargo con temor y temblor; que lo único que quería era hacerse siervo de nuestra fe y de nuestra alegría. Es impresionante. El mundo hablaba del cónclave en términos de poder y él, enseguida, pone las cosas en su sitio y habla de servir. Ojalá pueda sentir a todos los cristianos muy cerca de él y, tal como nos ha pedido desde el principio, que le sostengamos y apoyemos de verdad con nuestra oración y siendo cristianos coherentes y alegres, como nos ha insistido tanto Francisco.