La ermita de reyes y lavanderas - Alfa y Omega

La ermita de reyes y lavanderas

Juan Luis Vázquez Díaz-Mayordomo
Juan Pedro Ortuño frente a la fachada. Foto: Juan Luis Vázquez Díaz-Mayordomo

Entre el Manzanares, el puente de Segovia y el Palacio Real se levanta desde hace 300 años la ermita de la Virgen del Puerto, un templo singular vinculado de manera especial a la capital. Hoy se encuentra dentro del concurrido entorno de Madrid Río, al alcance de paseantes y curiosos, pero en origen era un templo extramuros de la Villa y de la Corte, aunque debe su construcción a la iniciativa de un fiel cortesano, el marqués de Vadillo, que fue alcalde corregidor de Madrid después de serlo de Plasencia, en tiempos del rey Felipe V.

Fue precisamente el rey el que encargó al marqués de Vadillo el desarrollo del que sería el primer plan urbanístico de la ciudad, con vistas a ser una de las grandes capitales de Europa. Uno de los elementos de esta reforma era la ampliación del Paseo Nuevo de la Corte, en el camino hacia El Pardo desde de la residencia real, una obra para la que el marqués de Vadillo contempló la creación de una ermita dedicada a una querida devoción personal: la Virgen del Puerto, patrona de Plasencia, conocida también como la Virgen de la Buena Leche, por representarse amamantando al Niño.

El templo se encargó al arquitecto Pedro de Ribera, que levantó un edificio de planta octogonal de caracteres barrocos, en la que sería su primera gran obra antes de convertirse en uno de los principales arquitectos de la ciudad: el puente de Toledo, la iglesia de Santiago, el cuartel del Conde Duque y otros edificios públicos, palacios, fuentes, iglesias y puentes de la capital llevan su firma.

La ermita se construyó mirando a palacio en lugar de a oriente, como era habitual en los edificios religiosos, como una deferencia hacia los monarcas. Pero enseguida encontró su hueco en el corazón de todos los madrileños, especialmente en el de las lavanderas que acudían a lavar en las orillas del río la ropa de la mayor parte de los habitantes de la ciudad.

Interior del templo. Foto: Juan Luis Vázquez Díaz-Mayordomo

Quizá fueron ellas las que mantuvieron viva la devoción de la titular del templo, pues pronto fue conocida como la Melonera, ya que alrededor de ella se vendían sandías y melones y las mozas se los ofrecían a la Virgen para obtener un buen novio. Esta peculiar pastoral matrimonial continúa de alguna manera hoy en día, como explica su actual rector, Juan Pedro Ortuño: «Aquí celebramos más de 40 bodas al año, pero procuramos no solo preparar la ceremonia y ya está. Cuidamos mucho la preparación del matrimonio y hacemos un seguimiento de los recién casados. Les tratamos de acompañar en los primeros años de su vida matrimonial, que son muy importantes. Los llamamos, organizamos reuniones y charlas, ofrecemos a sus niños a la Virgen…».

Un foco de atracción

Además, la ermita no solo atrae a los que se quieren casar en un entorno privilegiado, sino que es un foco de atracción para jóvenes, familias con niños, vecinos y curiosos que pasan por la zona y se acercan a ver el templo. Para todos ellos, la ermita organiza todos los jueves una exposición del Santísimo; periódicamente hay conciertos de música clásica; y cada mes hay una reunión sobre temas de filosofía, «a la que también acuden personas no creyentes, y que ha suscitado ya alguna conversión», desvela Ortuño.

Este tercer centenario se va a celebrar especialmente con un ciclo de música clásica y con dos exposiciones: una de obras realizadas con la técnica del esmalte y otra sobre el devenir histórico del templo y de la zona. Además, este domingo 16, La 2 de TVE retransmitirá la Misa a las 10:30 horas, presidida por el cardenal Osoro y concelebra por el obispo de Plasencia y por el propio Ortuño. A su término, Telemadrid retransmitirá en directo la procesión de la Virgen del Puerto hasta el puente de la Reina.