«La enseñanza de Religión no es proselitismo, sino aportación al bien común»
El Observatorio de la Religión en la Escuela lanza la primera investigación de España sobre la enseñanza de las tres grandes religiones en los colegios españoles tras la LOMLOE. Los alumnos «valoran a los profesores de Religión incluso mejor que a los de otras áreas», dice el director del ORE
El Observatorio de la Religión en la Escuela (ORE) está realizando un estudio para valorar cómo ha afectado la LOMLOE, en sus dos primeros años de implantación, a la enseñanza de las religiones y a su profesorado. Esta iniciativa de la Fundación SM ha señalado las limitaciones que presenta la enseñanza de Religión en la legislación actual; sobre todo en su horario, en la ausencia de alternativa y en la desconsideración académica de sus calificaciones, ya que no se incluyen en las notas medias finales de cada curso.
Por ello, el Observatorio ha reivindicado un mejor tratamiento del saber religioso en el sistema educativo, «no tanto por cuestiones jurídicas, sino por su contribución educativa, ya que la Religión en la escuela contribuye a la formación cultural y ética de las nuevas generaciones. En este tiempo de fragilidad la religión puede ayudar también al sentido de la vida de los niños y jóvenes», ha indicado el ORE en una nota de prensa. Para Carlos Esteban, director del observatorio, la enseñanza de la Religión en la escuela «es una realidad que afecta cada semana, en el horario escolar, a más de 3,2 millones de alumnos que la cursan en alguna de sus confesiones, por lo que no se trata de una realidad marginal en el sistema educativo».
El Observatorio de la Religión en la Escuela sigue recabando la opinión de los profesores de Religión de las diversas confesiones, a través de una encuesta, para realizar una valoración más completa del impacto de la LOMLOE sobre estas asignaturas.
En consecuencia, las tres grandes religiones que se enseñan en España «compartimos que esta dimensión merece una mejor consideración legislativa, y también una mejor valoración social y cultural». Por el contrario, «llevamos demasiado tiempo con polémicas sobre la clase de Religión y eso ha debilitado su prestigio académico».
Ello contrasta con el hecho de que «las familias que eligen cada año la enseñanza de las religiones están muy satisfechas con su contribución a la formación de sus hijos», los cuales «valoran a los profesores de Religión incluso mejor que a los de otras áreas». En este sentido, «dado que la enseñanza de las religiones contribuye a la mejora de la calidad de educación», Esteban reclama «que se entienda su presencia en las aulas por sus aportaciones a la formación del alumnado, no como proselitismo, porque las religiones no quieren ser fundamentalistas, sino que quieren contribuir al bien común».