El TSJ de Cantabria desestima un recurso de los profesores de Religión sobre su asignatura - Alfa y Omega

El TSJ de Cantabria desestima un recurso de los profesores de Religión sobre su asignatura

Los docentes argumentan que la materia está actualmente «desincentivada» y «discriminada»

Juan Luis Vázquez Díaz-Mayordomo
La asignatura de Religión «tiene que encontrar una solución de consenso», dice el presidente de APPRECE
La asignatura de Religión «tiene que encontrar una solución de consenso», dice el presidente de APPRECE. Foto: Reuters / Tony Gentile.

«La asignatura de Religión está desincentivada totalmente cuando debería impartirse en igualdad de condiciones, sin estar discriminada», afirma José María Guardia, presidente la Asociación de Profesores de Religión en Centros Estatales (APPRECE). Guardia sale así al paso de la sentencia del Tribunal Superior de Justicia de Cantabria hecha pública este martes, que desestima un recurso de APPRECE a la organización de Religión en Bachillerato en la comunidad cántabra.

La asociación denunciaba la discriminación que sufren los alumnos de Bachillerato que eligen la asignatura de Religión, pues tienen que realizarla en una hora libre antes de comenzar las clases, o bien después de que todos sus compañeros se hayan marchado a casa, una situación a la que se suma el hecho de actualmente en Cantabria la materia es optativa y no cuenta para calcular la media del curso.

El TSJC ha resuelto que «no puede hablarse de discriminación», y que las alternativas para los alumnos que no eligen Religión resultan «adecuadas», ya que «responden a criterios recomendados por el derecho de la Unión Europea». En la sentencia afirma que tampoco aprecia infracción alguna del tratado internacional con la Santa Sede relativo a esta asignatura.

Sin embargo, para Concepción Castro, delegada de Enseñanza de la diócesis de Santander, los alumnos de Bachillerato «tienen que recibir la asignatura fuera del horario escolar: o tienen que salir antes de su casa o salen del centro una hora después de todos sus compañeros. Es fácil imaginarse lo que va a hacer un chaval de esa edad».

Por ello, José María Guardia defiende que la controversia sobre Religión «tiene que encontrar una solución de consenso para que la asignatura no suponga una mayor carga lectiva para el alumno». En este sentido, «el reto es saber concretar en la escuela pública lo que significan las enseñanzas de Religión y la Educación en Valores para desarrollar juntos el aprender a ser personas educadas, con conocimientos más que suficientes —también religiosos—, respetuosos con los valores cívicos, éticos, culturales, espirituales, religiosos y trascendentes que hay entre nosotros», concluye.