La docencia es más que transmisión de información - Alfa y Omega

La docencia es más que transmisión de información

Grandes catedráticos evocan con añoranza el clásico ideal de universidad como comunidad de buscadores de la verdad. De ello habló el lunes el Rector de la Universidad Eclesiástica San Dámaso, don Javier Prades, en un acto académico con motivo de la festividad de Santo Tomás de Aquino

Ricardo Benjumea
Un momento del acto académico, presidido por el cardenal Rouco, en la fiesta de Santo Tomás, en ‘San Dámaso’

Universidad, ¿para qué?; Adiós a la universidad; La universidad cercada. Testimonios de un naufragio. Todos estos son títulos de libros recientes que expresan añoranza por una cierta idea de universidad. «Llama la atención que muchos catedráticos de distintas disciplinas, a la vez que expresan un juicio muy pesimista sobre el futuro de la universidad española, no dejan de evocar, con gran claridad de juicio, los rasgos más altos de la vida universitaria». Y coinciden en reivindicar «la importancia, la nobleza incluso, de la dimensión docente de la universidad», destacó don Javier Prades, en el acto académico presidido el lunes por el arzobispo de Madrid y gran canciller de la Universidad, el cardenal Rouco, antes de dar paso a la lección magistral de la profesora de Teología de la Pontificia Universidad Católica de Chile Annelise Meis Wörmer, Lectura de santo Tomás desde H. U. von Balthasar.

El sociólogo Víctor Pérez Díaz, por ejemplo, insiste en que los maestros y los discípulos, como en los tiempos de la Academia platónica, «deberían considerarse a sí mismos miembros de una comunidad de buscadores de la verdad». Y escribe el filólogo Jordi Llovet: «A lo largo de mis años de docencia, tuve siempre la idea de que mi tarea como profesor en una Facultad de Letras implicaba muchas más cosas que enseñar a los alumnos asuntos relacionados con la lengua y la literatura». Llovet evoca al maestro que más le marcó, el hispanista José Manuel Blecua, que solía decir que su verdadera vocación era la de profesor de Primaria. Así fue como también él, «pese a llegar a catedrático», se convirtió en profesor de Primaria, es decir, en un maestro «capaz de ponerse en juego totalmente ante sus alumnos y de interesarse por ellos más allá de la mera transmisión de saberes», explicó el Rector de San Dámaso.

Ambiente propicio

«Es importante destacar el valor insustituible de la docencia», comenta don Javier Prades al término del acto académico. «No debemos olvidar nunca que nuestros alumnos son la razón de ser de nuestro trabajo», ni «la importancia fundamental del papel del profesor, que no se puede sustituir por ningún protocolo y por ningún procedimiento pedagógico de moda».

Universidades como San Dámaso reúnen, a su juicio, «unas características muy favorables» para materializar ese ideal de vida universitaria, ya que existe un «clima de gran cercanía entre profesores y alumnos, por el especial nivel de motivación, superior al que puede haber en otras carreras». Los alumnos proceden de seminarios o de congregaciones religiosas, o son laicos con un interés muy personal en los estudios, lo que facilita esa dinámica. Por eso a la Universidad del Arzobispado de Madrid acuden cada vez más estudiantes de otros países. Hay 46 nacionalidades representadas entre el alumnado. De un total de 2.327 alumnos matriculados (1.286, a distancia) en las carreras de Teología, Ciencias Religiosas, Filosofía, Derecho Canónico y Literatura Cristiana y Clásica, 282 proceden de otros países: 177 del continente Americano, 43 de África, 12 de Asia y 50 del resto de Europa.

Hay centros académicos vinculados a San Dámaso en Angola, Colombia y, desde finales de 2013, en República Dominicana, y se han recibido varias peticiones que están en estudio para la firma de convenios. De la mano de esa creciente presencia internacional, se ha producido simultáneamente un aumento en la llegada de estudiantes extranjeros, buena parte de ellos sacerdotes.

«Es una realidad nueva y de gran importancia que San Dámaso está viviendo desde hace 8 o 9 años, y tenemos mucho deseo de cuidarlo bien», explica el rector Prades. «Estamos haciendo un esfuerzo muy grande, pero queremos mejorar, cuidar mejor la acogida y el acompañamiento de los nuevos estudiantes que vienen a formarse con las becas de la diócesis de Madrid».