La diócesis de Madrid lanza una gran cadena de oración por la familia
El símbolo de esta iniciativa es un icono de la Sagrada Familia que peregrinará por los hogares madrileños
Más de 100 iconos peregrinos de la Sagrada Familia ha encargado la Delegación Episcopal de Familia y Vida de la diócesis de Madrid para que se distribuyan por las casas en una acción pastoral pionera en la diócesis. Coincidiendo con la celebración universal de la Jornada de la Sagrada Familia, el 31 de diciembre, los iconos serán entregados a una representación de las familias de las diócesis para que estas, desde sus parroquias o movimientos, los vayan poniendo en ruta peregrina por las casas de otras familias. María Bazal, delegada de Familia junto a su esposo José Barceló, explica que se celebrará así una gran cadena de oración por la familia en Madrid, extendida hasta el primer fin de semana de febrero, cuando se celebra la fiesta de la presentación del Niño en el templo y de la Virgen de la Candelaria. Durante esas semanas, «el icono se puede ir pasando de una familia a otra aprovechando, por ejemplo, la Misa de la familia de los domingos». Además de orar por las familias, la acción servirá para «poner cara a las actividades parroquiales de la pastoral familiar y de las parroquias».
La idea surgió del propio arzobispo de Madrid, cardenal José Cobo, al ver el diseño que había elegido la Conferencia Episcopal Española como imagen de la Jornada de la Sagrada Familia, que este año lleva por lema Familia, portadora de la Buena Noticia. Obra de la agustina Francis Robles, del Monasterio de la Conversión (Ávila), la imagen «es especialmente bonita», y el cardenal comentó que «le gustaría entregarle algo a las familias». Así, pensaron en la opción de transformarla en un icono para que visitara los hogares. Se han encargado 100 piezas a la artesana Isabel Robisco, en madera tamaño 18×13 cm. Junto a ellos se entregará un cuadernillo para la oración basado en la catequesis de la hermana Francis, que va descubriendo a la Sagrada Familia de Nazaret cono modelo, «con su cotidianeidad hecha de cansancios y hasta de pesadillas», como dice el Papa Francisco en Amoris laetitia.
La diócesis propone rezar contemplando diez escenas del Evangelio que aluden al nacimiento y la infancia de Jesús. Además, cada uno de los momentos de la oración va acompañado de la explicación teológica de las partes del icono: las cabezas inclinadas de José y María como signo de la aceptación de la voluntad de Dios; los pichones que lleva san José como símbolo del cuidado; los pliegues del manto de María, que representan los caminos que nos conducen al Señor, a través de su corazón de Madre; o el color verde del traje de José, que habla de creación, de esa nueva creación que ha traído el Verbo. Bazal anima a las familias a que reserven en su casa un rincón para la oración y que toda la familia rece junta ante el icono.
Las tablas de madera se entregarán el día 31 de diciembre tras la Eucaristía de las 12:00 horas en la catedral de la Almudena. En la celebración cantará, por parte de la diócesis de Madrid, el coro de la parroquia Santa Catalina de Siena, de Majadahonda. El cardenal Cobo ha convocado de nuevo a las familias el día 4 de febrero para celebrar, también en la catedral, otra Eucaristía con la que se dará por concluida la peregrinación de los iconos. Será también a las 12:00 horas e incluirá la presentación de las imágenes a la Virgen de la Almudena.
Mensaje de los obispos
La Conferencia Episcopal Española ha publicado el mensaje de los obispos para la Jornada de la Sagrada Familia, en el que invitan a contemplar a san José y a la Virgen María como modelo de acogida de Jesucristo. La tarea prioritaria es que Jesús sea el centro de cada familia, que encuentra «en la Sagrada Familia el ejemplo a seguir, así como un sólido punto de referencia y una firme inspiración».
En un contexto de «mundo individualista», la familia se presenta como un antídoto porque está llamada a vivir la «comunión con el empeño constante de desarrollar una auténtica comunidad de personas». La familia es un «gran tesoro», una respuesta a la sociedad actual, y este testimonio «debe estar marcado por la más profunda alegría porque la familia es portadora de la mejor de las noticias: la salvación que ha venido a traernos Jesucristo».