La diócesis busca nuevas vías para integrar a los fieles con discapacidad
La creación de la Comisión Diocesana de Atención a las Personas con Discapacidad, que este sábado se pone de largo, «es un paso de gigante» para la integración de estos católicos en la tarea misionera de la Iglesia, afirma Mariano Fresnillo, periodista ciego
Mariano Fresnillo se quedó ciego a los 18 años, y «fue un terremoto personal. En un momento dije: o para adelante, o me suicido». Optó por lo primero, y «ahora estoy convencido de que fue un don, porque aprendí a ver la vida de otra manera. No veo, pero soy feliz y no me desanimo por nada. Siempre digo: ¿Y por qué no?». Esta pregunta le ha llevado a ser periodista, dar catequesis, saltar en paracaídas y hacer voluntariado en un piso de acogida a personas drogodependientes. «La gente te infravalora de entrada», hasta que entienden «que primero está la persona, y luego la discapacidad».
En la Iglesia no han faltado entidades dedicadas a las personas con discapacidad. Una de ellas es la Fraternidad Cristiana de Personas con Discapacidad (Frater). Cuando Vicky Calderón, que no puede mover los brazos, la descubrió, «se me unieron» el compromiso cristiano como catequista «con mi trabajo» como trabajadora social «por otras personas con discapacidad». En Frater, son las personas con discapacidad física o sensorial las que evangelizan a sus compañeras, animándolas a participar de la vida de la Iglesia, y organizando convivencias mensuales, formación y colonias en verano.
También «son muchos los sordos católicos que se sienten responsables de la tarea misionera» hacia quienes no oyen, explica Jaime Gutiérrez, sacerdote sordo y párroco de Santa María del Silencio, la única parroquia española para ellos. «Lo hacen con mucho entusiasmo y alegría, porque necesitan compartir con otros su encuentro con Cristo. Fruto de este empeño, en los últimos años se están acercando a la parroquia personas muy alejadas».
«Un paso de gigante»
Mariano, Vicky y Jaime son miembros de la Comisión Diocesana de Atención a las Personas con Discapacidad de la archidiócesis de Madrid, que nació a comienzos de año pero tendrá su puesta de largo este sábado en la I Jornada Diocesana de la Discapacidad, coincidiendo con su día mundial. A partir de las 17 horas, en el salón de Alfa y Omega, una mesa redonda analizará cómo Evangelizar desde la diferencia y, a continuación, el cardenal Carlos Osoro presidirá una Misa en la catedral de la Almudena.
En una carta escrita con este motivo, el purpurado lamenta que «muchas veces, incluso en la Iglesia, la adecuación de nuestras instalaciones a las necesidades funcionales de las personas se considera un gasto oneroso y no una inversión necesaria».
«El mundo –escribe el cardenal– no será mejor cuando esté compuesto solamente por personas aparentemente perfectas, sino cuando crezca la solidaridad». Y afirma: «Las personas con capacidades diferentes pueden y deben ser protagonistas de la evangelización y de la vida de la Iglesia, no meros receptores pasivos». Por esto mismo, Fresnillo considera «un paso de gigante» la creación de la comisión y su paso de la Delegación de Pastoral de la Salud –«Yo estoy sanísimo»– a la Vicaría de Pastoral Social e Innovación. Espera que «salpique» a otras diócesis. De hecho, la propia Conferencia Episcopal Española podría seguir esta dirección. Dentro de su reestructuración –explica Juan Luis Martín Barrios, director del Secretariado de la Comisión Episcopal de Pastoral–, se está considerando que el Departamento de Pastoral del Sordo «incluya a las otras discapacidades».
Asesorar a los párrocos
El sacerdote Víctor Hernández, coordinador de la comisión madrileña, explica que además de coordinar y potenciar las distintas entidades eclesiales que trabajan con la discapacidad, como Frater, CECO (Ciegos Españoles Católicos) o Fe y Luz (grupos de personas con discapacidad intelectual), la comisión pretende «ser una voz de las personas con discapacidad dentro de la Iglesia, señalando dificultades» como la falta de accesibilidad, no solo de los templos sino también de los salones parroquiales, las casas de espiritualidad o el mismo Arzobispado.
Otra de sus funciones es orientar a los párrocos que, en algún momento, no sepan cómo actuar ante un caso de discapacidad. Por eso «queremos crear una base documental», recopilando textos sobre estas cuestiones y «elaborando y recogiendo materiales de catequesis adaptados» a braille, lengua de signos, o simplificados para las personas con discapacidad intelectual.
La mayor integración e implicación de las personas con discapacidad en la vida de la Iglesia es un movimiento que está cobrando cada vez más fuerza. De hecho, la Jornada Diocesana de Discapacidad se celebra apenas unas semanas después de que la catedral de la Almudena estrenara su bucle magnético, un sistema que permite a los usuarios de audífonos e implantes cocleares escuchar mejor sin ruidos de fondo. La instalación se produce a raíz del acuerdo suscrito en 2015 por la Fundación ONCE y la Conferencia Episcopal Española para colocar estos dispositivos en una docena de catedrales y otros templos. Uno de ellos es la también madrileña iglesia de San Antón, que el lunes acogió una jornada sobre la proclamación de la Palabra en braille. La inauguró el cardenal Osoro y estuvo también presente el cardenal Carlos Amigo, arzobispo emérito de Sevilla.