La declaración del asesino del sacristán de Algeciras: «La persona a la que maté era el demonio»
El joven Yassin Kanjaa confesó que sentía algo raro sobre los ritos que realizaban los cristianos
«Soy el mensajero de Dios, la persona que a la que maté era el demonio. Era Satán y me metía imágenes de muerte en la cabeza. También era un demonio el sacerdote al que asalté. No me arrepiento de nada y, de hecho, si pudiese, volvería a hacerlo».
Esta es la confesión ante la Policía de Yassin Kanjaa, el joven que asesinó al sacristán Diego Valencia en Algeciras el pasado 25 de enero, a la que ha tenido acceso El Debate. En una información firmada por Nacho Abad, se recoge, además, que Kanjaa tenía una orden de expulsión que quiso cumplir: «Me presenté en el consulado de mi país, pedí regresar, pero no me hicieron caso».
En ella también explica lo siguiente: «Hace dos meses empecé a con estas ideas, pero hace tres días recibí un flash que me ordenaba que tenía que matar a los demonios o suicidarme». Cuando le pidieron más detalles, se negó a responder: «Lo que he hecho se queda entre Dios y yo».
Los agentes le insistieron y él ya accedió: «Desde hace algo menos de un mes descubrí que estaba pecando y decidí cambiar de estilo de vida. Ahora rezo, doy limosna, aconsejo a mi familia cuando mi familia muestra ideas no acordes a la religión».
También dijo que tres días antes de matar al sacristán, sintió «algo raro en mi interior por los ritos que realizaban los cristianos, a los que veía que tenían un pacto con satanás». «Yo quería que dejasen su fe cristiana por considerarlo que pactaban con satanás: les intenté convencer, pero me echaron de la iglesia», concluyó.