La confesión de Felipe VI al cura de Todoque (La Palma): «Me dijo que estaba rezando»
El rey, que quiso saludar personalmente a Alberto Hernández, afirmó que el templo de San Pío X, todavía en pie, es un signo de esperanza ante tanta desolación provocada por la erupción del volcán
Alberto Fernández, sacerdote de cuatro parroquias en la zona más afectada por el volcán de Cumbre Vieja en La Palma, estaba en la lista de personas que la Casa Real había facilitado al Cabildo de La Palma para participar en el encuentro que Felipe VI mantendría con vecinos afectados por la erupción. La sorpresa fue grande, pero todavía más cuando ya en la reunión —este jueves—, el jefe de la Casa Real se le acercó y le preguntó:
—¿Usted es Alberto?
—Sí. Soy yo.
—Su majestad lo quiere saludar personalmente. No se vaya muy lejos, que se lo quiero presentar.
En el exterior de la parroquia de San Isidro, donde se celebró la recepción, Alberto esperó hasta que llegó su turno. «Me dijo que estaba rezando. Fue lo primero que me dijo», explica el sacerdote en conversación con Alfa y Omega.
El monarca acababa de llegar del núcleo de Todoque, en el municipio de Los Llanos y donde se encuentra la iglesia de San Pío X, amenazada por la colada de lava que ha expulsado el volcán. Allí, la colada de lava ha ralentizado su marcha hacia el mar, si bien ha dejado ya numerosos daños.
«Añadió que creía que el templo no iba a sufrir daños, porque lo veía en un lugar a salvo, y que entendía que la iglesia no era solo el edificio, sino un icono y emblema del barrio y que, viéndola allí, erguida en medio de tanta desolación, le parecía un signo de esperanza», continúa.
Alberto no dijo nada. Solo le dio las gracias. Él mismo explica las razones: «Es bonito y habla de la cercanía del jefe del Estado, no conmigo, que no soy protagonista de nada, sino con los vecinos, acompañando su sufrimiento e historias particulares y comprometiéndose a que no caigan en el olvido».
Vuelve el culto a San Isidro
El sacerdote volverá este sábado a celebrar la Eucaristía en una de sus parroquias, la única a la que se puede acceder, la de San Isidro. Ha previsto una Misa para cada una de las comunidades parroquiales que tiene a su cargo, cada una a su hora habitual.
También se celebrarán los bautizos que estaban previstos: «Las familias me dijeron que los mantienen aunque tengan que restringir el número de invitados. Que no van a permitir que el volcán les altere la vida más de lo que lo ha hecho».