«La comunicación global» produce «una epidemia de hostilidad» - Alfa y Omega

«La comunicación global» produce «una epidemia de hostilidad»

Francisco pide al Meeting de Rímini que se «siga promoviendo la cultura del encuentro, abierta a todos, sin excluir a nadie» para que «crezca la amistad social y entre los pueblos»

Redacción
El Papa durante un encuentro con Comunión y Liberación. Foto: Vatican Media.

El Papa Francisco considera que «la comunicación global y omnipresente» lleva a «una especie de epidemia de enemistad» frente a la que hay que promover «la cultura de la paz y del encuentro». Así lo explica en su mensaje al Meeting de Rímini, que se celebrará del 20 al 28 de agosto organizado por Comunión y Liberación.

En el texto, firmado por el secretario de Estado de Estado, el cardenal Pietro Parolin, el Santo Padre también cita a la guerra y las divisiones, que «siembran resentimiento y miedo en los corazones» y se pronuncia contra la falta de empatía con el prójimo. A menudo, explica, «el que es diferente a mí es percibido como un rival».

El título de la reunión de este año, La existencia humana es una amistad inagotable, «suena audaz» y «atrevido porque va claramente a contracorriente, en una época marcada por el individualismo y la indiferencia, que generan soledad y muchas formas de descarte», añade en un mensaje recogido por EFE.

Tras asegurar que «nadie puede salvarse a sí mismo», Francisco exalta la verdadera amistad, que define como «dejar que el otro entre en la propia vida» al dirigirse a los jóvenes, al tiempo que pide «gestos concretos» y «elecciones compartidas» para construir una «cultura de paz» con la familia, en la escuela, la universidad o la vida social.

Francisco además espera que la reunión de Rímini «siga promoviendo la cultura del encuentro, abierta a todos, sin excluir a nadie» para que «crezca la amistad social y entre los pueblos».

«En esta hora agitada de la historia, el Papa os anima para que la disponibilidad a una amistad inagotable, dispuesta a captar el bien que cada uno puede aportar a la vida de todos, porque las otras culturas no son enemigos contra los que hay que defenderse, sino que son reflejo diferentes de la inagotable riqueza de la vida humana», concluye.