La catedral de Cádiz celebra 300 años de su primera piedra - Alfa y Omega

La catedral de Cádiz celebra 300 años de su primera piedra

Juan Luis Vázquez Díaz-Mayordomo
Sección de la catedral en 1725. Foto: Obispado de Cádiz y Ceuta.

El 14 de enero de 1722, el obispo de Cádiz y secretario de Felipe V, Lorenzo Armengual de la Mota, ponía la primera piedra de la actual catedral gaditana, muy cerca del que había servido durante varios siglos como templo principal de la diócesis.

En aquellos años, la ciudad «estaba resurgiendo económicamente gracias a la prosperidad del comercio con América, y toda esa riqueza propició el desarrollo de la arquitectura eclesiástica y civil, por lo que a ese período pertenecen las grandes construcciones de Cádiz», afirma Luis Palomino, archivero diocesano de la catedral y del Obispado.

La ciudad ya contaba con una catedral de estilo gótico mandada levantar por Alfonso X el Sabio a mediados del siglo XIII. «Los ingleses invadieron Cádiz en 1596 y la incendiaron, con lo que el templo se arruinó», relata el archivero. «Se intentó reconstruir, pero con el tiempo quedó en muy malas condiciones. En el siglo XVIII la ciudad ya había crecido mucho y la gente demandaba otra catedral, que empezó a levantarse fuera de la villa medieval, junto al mar, muy cerca del templo anterior».

Sin embargo, a finales del siglo XVIII, con la pérdida de las colonias y la competencia de otros puertos de la península, la ciudad perdió fuelle y las obras quedaron detenidas. En el siglo XIX la mayor parte del templo carecía de techo, e incluso algunas zonas se utilizaban como almacén para guardar aparejos de pesca. El incendio accidental de una capilla a medio construir fue lo que motivó al obispo a darle el último empujón a la construcción.

El 28 de noviembre de 1838 se terminó, y lo que quedó fue un templo único, por estar construido todo en mármol excepto el techo. Además, el hecho de que tardara tantos años en finalizarse hizo de la catedral gaditana una construcción original, con mezcla de estilos barroco, rococó y neoclásico.