La carta que el cardenal Zuppi escribió para Alfa y Omega - Alfa y Omega

La carta que el cardenal Zuppi escribió para Alfa y Omega

En el mismo año que visitó en misión diplomática Kiev y Moscú —también Washington y Pekín— advertía de que «la guerra vierte su veneno de odio por todas partes»

Rodrigo Moreno Quicios
Matteo Zuppi en la Misa 'pro eligendo Romano Pontifice' el pasado 7 de mayo
Matteo Zuppi en la Misa pro eligendo Romano Pontifice el pasado 7 de mayo. Foto: CNS / Lola Gómez.

Era 28 de diciembre de 2023 cuando el cardenal Matteo Zuppi publicaba en Alfa y Omega una carta titulada Signos tenues pero reales a favor de la paz. Aquel año había viajado a Ucrania, Rusia, Estados Unidos y China para buscar una salida negociada a la agresión de Putin, mediar para el intercambio de prisioneros de guerra e impulsar la repatriación de los niños ucranianos secuestrados por Moscú, un crimen de guerra del que el Kremlin se jactaba abiertamente.

En este semanario, el purpurado italiano opinaba que «la paz es el problema de los problemas, porque la guerra genera todos los males y vierte su veneno de odio y violencia por todas partes». La solución, según el arzobispo de Bolonia, «es reanudar el trato con buena voluntad y respeto a los derechos de los demás». Es más fácil de decir que de hacer, pero en cualquier caso sostenía que «no debemos dejar de creer que podemos llegar a entendernos». A juicio del italiano, mantener esta convicción «no es ingenuidad, sino responsabilidad».

Parafraseando al Papa Francisco en Fratelli tutti, Matteo Zuppi recordaba que «toda guerra es siempre un fracaso de la política y de la humanidad». Y revelaba que el motivo de su misión diplomática se debía a que el Pontífice «me hizo el honor de encargarme como su enviado que llevara personalmente su preocupación por la paz y las cuestiones humanitarias tanto a Kiev como a Moscú».

En nuestras páginas, confesaba que «tuve ocasión de hablar con los gobernantes, de visitar lugares trágicos como Bucha, de rezar por la paz en santuarios significativos para los creyentes ucranianos y rusos». Y daba detalles también sobre su viaje «a Washington y a Pekín para discutir sobre el futuro del conflicto». «La paz requiere la contribución de todos», sentenciaba.

Volviendo al título de su carta, Matteo Zuppi aseguraba que «hay hilos tenues a favor de la paz y el ejercicio de la humanidad». «Tenues pero reales, desafiados por la ausencia de un diálogo que los refuerce», matizaba. A juicio del purpurado, «es necesaria mucha insistencia y la convicción de que el destino es la paz, no la guerra ni la injusticia». Y haciendo referencia a un teólogo reputado en las Iglesias orientales, recordaba que «Clemente de Alejandría llamaba a la Iglesia “pueblo de paz”». Añadía que «es el pueblo al que Jesús se la confía». Y concluía su misiva alegando que «oímos con fuerza y para todos el imperativo de comunicar el Evangelio de la paz en un mundo sumido en las tinieblas y anhelante de luz».