Kiko Argüello recibe el alta hospitalaria
A partir de este martes, el iniciador del Camino Neocatecumenal continuará recuperándose en casa de una neumonía por coronavirus
Kiko Argüello, iniciador del Camino Neocatecumenal, ha sido dado de alta este martes tras permanecer desde Jueves Santo ingresado por una neumonía por COVID-19. A partir de ahora, «continuará la recuperación en casa». Es, de momento, el último boletín diario que se publica en la página web de esta realidad eclesial. Lo firman los otros dos integrantes del equipo responsable internacional, el padre Mario Pezzi y María Ascensión Romero, que prometen ofrecer más información «dentro de unos días» sobre su estado de salud. «Seguimos rezando por su total restablecimiento».
El mensaje añade que, junto a esta buena noticia, «continúan llegándonos los ecos de la Vigilia Pascual: una explosión de alegría en todo el mundo». Y, como conclusión, pide que «el Señor nos mantenga en la paz del Resucitado».
Kiko Argüello tuvo que ser ingresado el jueves 1 de abril. Una semana antes había dado positivo por coronavirus, y la víspera desarrolló fiebre y «un comienzo de neumonía». Los médicos que le estaban siguiendo le aconsejaron que fuera a un hospital para recibir un mejor cuidado. En un principio se le trató con «bajo flujo de oxígeno» y una vigilancia estrecha, al ser los tiempos «más complicados», ya desde el Sábado Santo estaba sin fiebre y se le había retirado el oxígeno.
El inicio del Camino
Kiko Argüello, Premio Nacional de Pintura en 1959, después de una crisis existencial descubrió «en el sufrimiento de los inocentes el misterio de Cristo Crucificado, presente en los últimos de la tierra», como se detalla en la página web del Camino Neocatecumenal. Esta experiencia le llevó a abandonar todo y, siguiendo las huellas de Carlos de Foucauld, se fue a vivir entre los pobres de Palomeras Altas. En este proceso recibió la inspiración de la Virgen María: «Hay que hacer comunidades cristianas como la Sagrada Familia de Nazaret, que vivan en humildad, sencillez y alabanza. El otro es Cristo». Y así fue como nació en 1964 el Camino Neocatecumenal.
El temperamento artístico de Kiko, su experiencia existencial, su formación como catequista en los Cursillos de Cristiandad y el impulso de evangelización y la preparación teológica de Carmen Hérnandez (iniciadora con él del Camino Neocatecumenal), junto al ambiente de los más pobres de la tierra, «constituyeron el laboratorio que dio lugar a una síntesis kerigmática, teológico-catequética, que es la columna vertebral de este proceso de evangelización de adultos».