Juan Bautista Díaz: «La ideología de la HOAC es el mensaje del Evangelio»
Hijo de emigrantes malagueños, Juan Bautista Díaz nació en Barcelona en 1967. Regresó con 8 años a Málaga, ciudad que le vio crecer y donde entró en contacto con la rama estudiantil de Acción Católica (JEC). Su profesión es la de matrón y ha sido recientemente nombrado presidente de la Hermandad Obrera de Acción Católica (HOAC)
¿Cuál es la realidad actual de la HOAC en Málaga?
Actualmente, somos 60 militantes en 12 equipos, con presencia en Málaga capital, Torrox y Vélez-Málaga.
¿Cuál es la misión de la HOAC?
Es un movimiento de Acción Católica especializado en el mundo del trabajo. Tratamos de evangelizar y dar testimonio ahí. Trabajamos a partir de equipos de militantes y, en esos equipos, se hacen planes de formación dependiendo del tiempo que cada uno lleve en la HOAC. En definitiva, se trata de llevar nuestra fe a la vida, al sitio donde trabajamos.
Muchos miembros de la HOAC están implicados en partidos políticos o sindicatos. ¿Por qué?
Eso es personal. Cada uno, según su compromiso, ve las mediaciones que necesita para llevar a cabo esa tarea. Hay quienes optan por utilizar como mediación un sindicato o un partido político, una AMPA o una comunidad de vecinos. Lo importante es el trabajo con la gente.
O sea, que no son un grupo de cristianos de izquierdas.
Hay gente de izquierdas, pero definirnos como «cristianos de izquierdas» no me parece adecuado porque la ideología de la HOAC es el mensaje del Evangelio. Por eso no es de izquierdas, pero tampoco de derechas. Después, eso se concreta, en función de donde cada uno esté, en esas mediaciones. Cada uno tiene su ideología política; cuando la gente milita en otras organizaciones, lo hace como una forma de llevar a cabo su compromiso cristiano.
¿Cómo se distingue a un cristiano en el trabajo?
Se diferencia por el testimonio: la forma en la que actuamos y la explicitación de nuestra fe. Que la gente vea que las cosas que hacemos las hacemos por nuestra fe en Cristo. Eso es lo más importante. Las condiciones laborales son muchas veces muy difíciles y la gente valora mucho que estés a su lado, que estés atento a sus problemas, que ayudes al compañero…
El cristiano también se tiene que distinguir cuando está al otro lado, como empleador.
Son los mismos valores los que tienen que salir a la luz. Si tienes empleados, los tienes que tratar dignamente. Eso significa no sólo pagarles un salario adecuado, sino respetar sus condiciones, hacer que la empresa sea «un poco de todos», hacer a la gente partícipe de su trabajo, que la dignifique.
El Papa ha pedido que la persona sea el centro de la actividad económica.
Empresa, sociedad, todos tenemos que pensar que lo más importante del trabajo es el trabajador. Es su dignidad, su realización como persona. Si por el beneficio económico se pasa por encima de la situación personal de la gente, algo no funciona. O Dios o el dinero. Si Dios es lo primero, la persona es lo primero porque somos hijos de Dios.