Juan Antonio Guerrero: «Los cristianos alineados con el dinero no le han tenido aprecio al Papa»
El prefecto emérito de la Secretaría para la Economía del Vaticano rememora en una entrevista a los jesuitas sus años al frente de las finanzas del Vaticano
«Como jesuita siempre consideré un privilegio poder servir directamente al Papa, y tuve el honor de servir a Francisco tres años», afirma el prefecto emérito de la Secretaría para la Economía del Vaticano, Juan Antonio Guerrero, que inició su servicio en enero de 2020, en un momento clave para la reorganización económica de la Santa Sede.
Guerrero ha compartido sus recuerdos y reflexiones sobre su etapa de trabajo junto al Papa Francisco en una entrevista difundida por la Compañía de Jesús en España. Así, describe su tarea como un gran reto «nada fácil», pues «se trataba de controlar la economía en un contexto no habituado a un sistema de controles, donde más bien funcionaba un sistema de confianzas, rara vez evaluadas o puestas a prueba y, en algún caso, traicionadas».
Durante su tiempo en el Vaticano, vivió momentos que hoy recuerda con afecto. «El primer día que el Papa me concedió una audiencia como prefecto, al llegar me preguntó si tenía sentido del humor. A mi respuesta afirmativa, me dijo que me iba a hacer falta». También rememora que la segunda o la tercera audiencia con él coincidió con su cumpleaños y al poco le regaló una caja de vinos argentinos.
«Francisco me escuchaba con atención y me hacía recomendaciones, seguía los temas de cerca y con interés, aunque creo que de la economía, más que el que fuera bien o mal, le interesaba que no hiriera a la misión de la Iglesia por usos fraudulentos o corruptos», explica sobre su relación con Francisco en el ámbito laboral.
De hecho, la lucha contra la corrupción fue, según Guerrero, una preocupación constante del Papa: «Al parecer fue tema que se comentó bastante en las congregaciones precónclave y lo asumió como parte de su misión», señala. En este sentido, el jesuita sostiene sin rodeos: «El mundo del dinero no le ha tenido mucho aprecio, y los cristianos alineados con el dinero tampoco».
Sobre su estilo de gobierno, Guerrero subraya que Francisco fue un hombre de decisiones firmes: «Para eso lo eligieron. El diagnóstico de la Iglesia que se hizo en las congregaciones previas al cónclave fue, en concreto, su programa de gobierno y como buen jesuita, ha cumplido la misión que le encomendaron».