Josep-Lluís Serrano: «En la experiencia de periferia brota la alegría»
El obispo coadjutor electo de la diócesis de Urgel ha vivido en Mozambique, Nicaragua o Brasil, donde ha constatado que «cuando se vive lejos» se experimenta «un sentimiento de pobreza muy instructiva»
¿Cómo ha vivido su nombramiento como obispo coadjutor de Urgel?
Como una llamada a un servicio de disponibilidad y de relación, fruto de un diálogo con Dios y de sintonía con su pueblo. Al final nuestra vocación es una llamada a la fe. Una respuesta que nos hace libres para amar y servir a nuestro prójimo.
Ha pasado por Mozambique, Nicaragua, Brasil… ¿Cómo se ve la Iglesia universal desde la periferia? ¿Hay algo que haya aprendido de estas experiencias?
Cuando se vive lejos de los propios orígenes se experimenta, por así decirlo, un sentimiento de pobreza que es muy instructiva. Los parámetros culturales, sociales, lingüísticos, religiosos, económicos, políticos, jurídicos, materiales, entre otros más, cambian y se entra en un proceso de adaptación, una kenosis, un despojarse. Y de esta experiencia de periferia brota la libertad interior, la alegría y la eficacia apostólica del misionero, porque se comparte todo. En este momento es cuando aparece la madre Iglesia que nutre, acompaña y protege, esa es la experiencia de la Iglesia universal y de la Iglesia local.
Nació el 19 de marzo de 1977 en Tivisa, localidad tarraconense. Es bachiller en Teología. Recibió la ordenación sacerdotal el 21 de abril de 2002 en Tortosa. Obtuvo la licenciatura y el doctorado en Teología Dogmática por la Pontificia Universidad Gregoriana de Roma. Es licenciado en Derecho Canónico por la Pontificia Universidad Lateranense y diplomado en Estudios diplomáticos por la Pontificia Academia Eclesiástica. Recibirá la ordenación episcopal el 21 de septiembre.
De la periferia pasó a la Secretaría de Estado. ¿Cómo ha vivido el servicio diplomático en la Curia romana?
Como una familia de servidores del obispo de Roma—el Papa Francisco— y del colegio episcopal, extendido por todas las iglesias locales. Ha sido una experiencia de universalidad, un estilo de vida donde la misión se ejerce a partir de un mismo denominador, el ejercicio del sacerdocio común, sabernos hijos en el Hijo al servicio de la buena noticia, de la alegría del Evangelio, a la que estamos llamados. Se trata de ser signos creíbles en nuestro mundo, saber trabajar en equipo y poner los carismas al servicio de la misión, con generosidad y alegría para ser misioneros de Jesús. Ser más para los demás.
¿Su experiencia en el servicio diplomático del Vaticano le podrá ayudar en su función de copríncipe de Andorra? ¿Cree que se ha podido valorar esta experiencia para el cargo?
El servicio exterior de la sede apostólica ofrece la oportunidad para una relación y una alteridad institucional que nos conduce a un diálogo sereno entre lo que llamamos la Iglesia universal y la Iglesia local. Será pues esta relación con el centro y con el exterior que nos ayudará a comprender mejor la realidad a la que somos llamados a servir en cada momento y en cada circunstancia, siempre conservando la comunión y la caridad en la diversidad de las iglesias locales. Servir al ministerio petrino es una experiencia de universalidad, sin olvidar la realidad que pisas, o sea, el rebaño del cual tú formas parte.
Le han nombrado coadjutor para ir conociendo la diócesis. ¿Qué se ha encontrado hasta el momento?
El próximo 21 de septiembre, fiesta de san Mateo, apóstol y evangelista, empezaré la misión de obispo coadjutor en la diócesis de Urgel, cuando reciba la ordenación episcopal en la sede de san Just (531-546), primer obispo de la sede urgelitana. A partir del próximo sábado, iré conociendo la diócesis para amarla en su pueblo, recordando que es un pueblo mesiánico, signo e instrumento de salvación. De este modo al lado de Joan-Enric Vives caminaré e iré descubriendo el rostro de una Iglesia que tiene un largo recorrido y haremos presente el Reino de Dios caminando juntos.
¿Qué intuiciones pastorales tiene para la diócesis? ¿Tiene ya una especie de programa? Usted habló en la rueda de prensa del servicio.
Llego a la diócesis con ganas de aprender y escuchar a una madre, de una Iglesia que lleva muchos años evangelizando y haciendo presente el Reino de Dios. Me uniré a esta tradición recibida para trasmitirla con fidelidad y creatividad. Acompañaré a Joan-Enric Vives en el cuidado pastoral de la diócesis como obispo coadjutor caminando juntos con los sacerdotes, los religiosos y los laicos, y nos preparamos para vivir el Jubileo 2025, como peregrinos de esperanza, como dice la bula del jubileo, la esperanza no defrauda.