José María Pérez: «Un buen catequista tiene que ser un buen cuentacuentos»
El director del Instituto de Catequética San Pío X participó en el último encuentro del Equipo Europeo de Catequesis en Bruselas
Más de 60 personas de 18 países se dieron cita la semana pasada en Bruselas para participar en el encuentro del Equipo Europeo de Catequesis, una cita que cada dos años constituye el principal foro de expertos sobre catequesis de toda Europa.
El encuentro de este año abordó la novedad del reciente Directorio para la Catequesis hecho público por el Vaticano, «que al estar dirigido a la Iglesia universal necesita ser concretado en cada continente de una manera específica», afirma a Alfa y Omega José María Pérez, director del Instituto de Catequética San Pío X de la Universidad Pontificia de Salamanca, que participó en el encuentro de Bruselas.
«En el caso de Europa, nuestra realidad está marcada por la secularización y por el abandono sociológico de la Iglesia y de lo religioso en general», afirma Pérez. Esta endeble situación de la transmisión de la fe en suelo europeo «tiene evidentes aspectos negativos, pero también positivos, porque nos hace darnos cuenta de que tenemos que responder de otra manera a las preguntas sobre el sentido que el hombre moderno sigue haciéndose, aunque abandone la religión oficial».
En este sentido, el director del Instituto de Catequética San Pío X valora especialmente la aportación del filósofo belga Guido Vanheeswijck, en la línea de que «la transmisión de la fe en Europa ha de hacerse con las familias» y de que «nuestro anuncio tiene que ser más sencillo, yendo a lo fundamental, al kerygma, sin perdernos en asuntos más secundarios».
Para Pérez, aunque la reflexión sobre la catequesis en España está «muy adelantada», sin embargo «no está llegando a las parroquias», porque «se sigue dando catequesis como hace años. Hace falta más formación, porque la que reciben hoy los catequistas es muy puntual y escasa».
Así, lo ideal es que cualquier sesión catequética «se centre en Jesús y en su Palabra, pero presentados de un modo narrativo, más que dogmático o doctrinal». En esta línea, «un buen catequista tiene que ser un buen cuentacuentos», defiende José María Pérez, que ofrezca su mensaje «no como un monólogo, sino como un diálogo que invite a la participación activa de las personas y los niños que tiene delante».