José Luis Retana: «Hay tareas que no es necesario que las realicen los sacerdotes»
Ciudad Rodrigo y Salamanca compartirán obispo desde este fin de semana. José Luis Retana llega desde Plasencia con la intención de dedicar «la máxima atención» a las dos diócesis
Un obispo, dos diócesis. ¿Da vértigo?
Lo afronto con temor, temblor y decisión, sabiendo que hay una cierta lógica en la elección, pues he pasado mucho tiempo en Salamanca. Fui rector del Teologado que la diócesis de Ávila tiene en Salamanca y he acompañado a los seminaristas de Ciudad Rodrigo que viven allí. La decisión tiene lógica, pero no está exenta de dificultad. Sobre todo, porque en Ciudad Rodrigo pedían un obispo propio. Yo no lo he elegido, pero es la tarea que me encarga la Iglesia. La quiero realizar bien, con responsabilidad y dedicando la máxima atención a las dos diócesis. No seré un obispo prestado.
Lo citaba usted. En Ciudad Rodrigo ha habido mucha polémica.
Creo que es justo que pidan y luchen por tener un obispo propio. Quizás yo lo haría igual. Pero una vez el Papa toma la decisión, nos ponemos todos a remar en la misma dirección. También desde la política, pues tenemos las mismas personas a cargo. He hablado con el alcalde de Ciudad Rodrigo en dos ocasiones y el martes, después de la toma de posesión, tengo una cita con él.
Repartirse entre dos diócesis no significa descuidarlas, ¿verdad?
Eso está fuera de toda duda. Es una situación nueva para ellos y para mí. Y para Plasencia, que en cinco años va a tener la sede vacante dos veces. El estilo en Salamanca y Ciudad Rodrigo lo debemos ver juntos para que ellos no se sientan abandonados. El tiempo es limitado y habrá que repartirlo. Los primeros días los voy a pasar en Ciudad Rodrigo, donde quiero ver a los sacerdotes uno a uno. Esta diócesis es muy querida por mí y la voy a cuidar.
Decía que había pasado muchos años en Salamanca y que tenía vínculos con Ciudad Rodrigo. ¿Le ayudará?
Esto no va a eliminar el problema del tiempo dividido, pero es una ayuda grande.
¿Vivirá en los dos lugares?
Tendré las dos casas abiertas. Primero tendré que ver y escuchar mucho. No puedo hacer nada sin saber qué días tengo que estar en una diócesis u otra.
¿Cuáles son sus principales preocupaciones a nivel pastoral?
La familia, la pastoral juvenil y la pastoral vocacional. Los jóvenes y las familias son el futuro de la Iglesia.
Habla de vocaciones. Escasean, sobre todo, al sacerdocio y a la vida religiosa. ¿Cómo revertir la situación?
Hay que trabajar. No podemos pensar que un chico de 25 años va a entrar en el seminario porque el Señor le ha visitado un día. Lo podría hacer, pero hay que trabajar la pastoral vocacional y hacerlo en serio.
Echemos ahora la vista atrás. ¿Qué se lleva de Plasencia?
Me he encontrado con gente de una acogida, afecto y apertura grandes. Me he sentido como en mi casa y como de la familia, y eso que he estado poco tiempo y la mitad ha sido en medio de la pandemia de coronavirus. Realmente me he sentido querido y aceptado. Y me he encontrado con laicos muy preparados y participativos.
¿Cuál es su balance?
Hemos hecho muchas cosas. Me voy muy satisfecho por haber puesto en marcha el seminario menor en familia, el Centro de Orientación Familiar, el diaconado permanente o Las Edades del Hombre. También las escuelas bíblicas en las parroquias y la formación de laicos que ayudan en las celebraciones en ausencia de presbítero.
Usted ha promovido a los laicos. Incluso la secretaria canciller de la diócesis es una laica.
No se trata de ceder nada a los laicos, es hacerlos protagonistas de su Bautismo. Hay tareas que no es necesario que las realicen los sacerdotes. Hay seglares muy bien preparados.
¿Se combate así el clericalismo?
El clericalismo ha sido un problema grande. Había una época en la que todo lo hacíamos los sacerdotes y esto, quizás, ha hecho menores de edad a los cristianos laicos.
Uno de los problemas que comparten todas las diócesis en las que ha estado es la despoblación. ¿Qué opina?
Es un problema que afecta a toda Castilla y a otras zonas de España. Hay pocas personas en los pueblos y con una media de edad muy alta y, a veces, no están atendidas suficientemente. Los sacerdotes son los últimos que se van de estos lugares a base de echar muchas horas en la carretera.
- Nació en Pedro Bernardo (Ávila) el 12 de marzo de 1953
- Fue ordenado sacerdote el 29 de septiembre de 1979
- Entre 1979 y 1993 fue formador y profesor del colegio diocesano Asunción de Nuestra Señora
- Entre 2002 y 2017 dirigió La Casa Grande de Martiherrero, un centro al servicio de personas con discapacidad intelectual
- El 9 de marzo de 2017 fue nombrado obispo de Plasencia