José Cobo encarga a los sacerdotes jóvenes «ejercer un cambio»
Aunque en la Iglesia de Madrid «no hemos perdido fuelle», les anima a salir hacia la «mucha gente que está esperando que les den respuestas de sentido»
El cardenal José Cobo, arzobispo de Madrid, ha mantenido un encuentro este miércoles 28 de mayo con los sacerdotes jóvenes de la diócesis. Durante la reunión, en la Casa Cristo Rey de Pozuelo de Alarcón, el cardenal los ha animado en su ministerio, y ha afirmado que desde la comunidad diocesana se vertebra toda la actividad pastoral. «Es bonito que tengamos la referencia de la comunidad grande a la que pertenecemos».
Y «vosotros, que venís con más fuerza, os toca ejercer un cambio», adaptado a «la novedad de este tiempo nuevo». Les ha transmitido la pasión para esta transición y para eso «cuento con vosotros».
En un diálogo cordial con el pastor de la diócesis, los sacerdotes jóvenes le han preguntado por la actualidad más reciente, sus días en Roma para participar en el cónclave. El arzobispo ha destacado en primer lugar la extraordinaria expectación mediática, algo que palpó de primera mano. Algo que, en parte, ha reconocido, ha sido legado del Papa Francisco, que generó interés por la Iglesia.
De las congregaciones, ha contado, es «interesante» porque no solo hablan los electores, también los que ya no lo son por jubilación, y eso hizo «un mapa muy bueno de lo que había y lo que se necesitaba». Y así, después, durante las votaciones, «el epicentro del cónclave está en lo que necesita la Iglesia».
También les ha contado el cardenal Cobo la experiencia vivida en los balcones que dan a la plaza de San Pedro y la impresión de la cantidad de gente congregada a la espera del nuevo Papa. Por su júbilo se dio cuenta de que «la gente quiere al Papa antes de saber quién es él, y esto es una enseñanza del Pueblo de Dios».
De León XIV ha destacado que es «muy calmado, tiene un sentido del trabajo muy fuerte», en su forma de ser «es muy agustino» y, por su trabajo en el Dicasterio de los Obispos, «conoce muy bien la Iglesia universal».
Otra cuestión que se ha puesto sobre la mesa es la relación entre las parroquias y las estructuras de las diócesis. «En Madrid hay que conducir mirando a tres sitios: la parroquia, el arciprestazgo y la diócesis; la pastoral nace del obispo, con sus delegados episcopales, vicarios y equipos». En ese sentido, ha remarcado que en la Iglesia «siempre caminamos en comunión», y por eso la pastoral diocesana es la línea establecida, pero luego cada parroquia tiene que discernir, en función de su realidad, cómo se puede aplicar, ha explicado. «Cada uno tiene que ir viendo cómo incorpora lo diocesano».
Se ha hablado también de la situación religiosa en la diócesis de Madrid. «No hemos perdido fuelle» en la diócesis, ha observado el cardenal, y tampoco se percibe animadversión a la Iglesia. Pero sí ha reconocido la existencia de otros fenómenos, como la fe que se vive gracias a la religiosidad popular —aquí ha hecho referencia a la Semana Santa en Madrid—, y también el hecho de que «hay mucha gente en búsqueda que quizá no nos habíamos dado cuenta», «mucha gente que está esperando que les den respuesta de sentido». Personas que no acuden a las parroquias y sí que «a lo mejor piden que vayamos a sus lugares».
De la figura del sacerdote, el arzobispo valora «la acción de la presencia». El clero de Madrid «siempre ha sido muy presente, muy accesible, muy austero y muy entregado», ha destacado. Pero, ha reconocido, es complicado llegar a todo. Por eso los ha animado a invitar a personas a prepararse, a formarse como agentes de pastoral para poder atender pastorales específicas en la parroquia.