Javieradas 2025: «San Francisco Javier también fue emigrante»
El arzobispo de Pamplona, Florencio Roselló, pone fin a las primeras Javieradas de este año con una llamada a «revisar cómo estamos tratando a la gente que viene a nuestra tierra»
«La historia del pueblo de Israel se repite desgraciadamente en nuestros días con leyes y actitudes que dificultan la vida de muchos emigrantes», señaló el pasado domingo el arzobispo de Pamplona, Florencio Roselló, durante la conclusión de las primeras Javieradas de este año.
En su homilía en la explanada del castillo de Javier, ante miles de peregrinos venidos desde diferentes puntos de la geografía navarra, así como de diferentes lugares de España, como Madrid o Zaragoza, puso fin a las primeras Javieradas de 2025 recordando que el mensaje de Cuaresma del Papa Francisco «nos interpela a revisar cómo estábamos tratando a la gente que venía a nuestra tierra». En este sentido, destacó que «san Francisco Javier también fue emigrante, tuvo que aprender una lengua, conocer una cultura y desde allí evangelizar», informa.
Florencio Roselló señaló en su homilía en este sentido que «aquí, entre nosotros, hubo inmigrantes que rezaron al mismo Dios, que creyeron en el mismo Dios, que rezaron nuestras mismas oraciones» y que «sintieron la misma pasión por san Francisco Javier».
Roselló indicó también ante los miles de jóvenes reunidos en Javier que el santo «soñó con una Iglesia «en salida», por lo que hoy «no podemos quedarnos encerrados entre cuatro paredes, ni centrarnos solo en nosotros mismos». La misión de la Iglesia «es salir y llevar la buena noticia de Cristo a todo el mundo, especialmente a aquellos lugares más necesitados de la presencia de Dios».
El obispo de Pamplona destacó que el santo navarro «renunció a las comodidades que esta tierra le ofrecía» porque «estaba convencido de que el amor de Dios debía llegar hasta el final de los límites, hasta la otra parte del mundo». «Llegó donde nadie había llegado, habló de Dios donde nunca nadie antes había hablado, luchó por la dignidad de las personas en un mundo de esclavos», añadió.
Por eso, Francisco Javier «fue un innovador y rompedor de costumbres y normas que humillaban a personas, humanizó las leyes y puso rostro al Evangelio, todo por la dignidad y libertad de las personas», resaltó.