El 60 % de la población confiesa que la pandemia ha cambiado su forma de vivir y de relacionarse
El Informe España 2021, que publica la Universidad Pontificia Comillas, confirma el aumento de la desigualdad y la pobreza en nuestro país
La fotografía de la realidad socioeconómica que presenta el Informe España 2021, que realiza la Cátedra Martín Patino de la Cultura del Encuentro de la Universidad Pontificia Comillas, no es nada alentadora. Este trabajo anual, que ha presentado su 28ª edición este lunes, revela el fuerte impacto que la pandemia ha tenido en el modo de vida de los españoles, así como en su situación social y económica.
La investigación revela, en primer lugar, que el 60 % de la población considera que la pandemia le está haciendo cambiar su forma de vivir, de pensar, de cuidar la salud y de relacionarse socialmente. También subraya que las desigualdades sociales han aumentado a consecuencia de la pandemia.
En concreto, destaca que se la pobreza es cada vez más intensa y que tiene un impacto mayor en mujeres y jóvenes. «Afecta más a los niños y a los hogares monoparentales con mujeres al frente, que son los más vulnerables», se puede leer en el informe. En este sentido, constata que «asistimos a la erosión de los cimientos de la integración social».
«La pobreza se intensifica, y las personas y hogares más pobres ven agravada su situación, mientras que otros que estaban en los umbrales de la pobreza antes de la pandemia pasan a empeorar su situación», afirma Agustín Blanco, director de la Cátedra Martín Patino y responsable del estudio.
El Informe España 2021 confirma que los jóvenes y las personas desempleadas son los dos grupos especialmente perjudicados durante la pandemia y los que registran niveles más bajos de bienestar. Estos se sienten en general excluidos de la sociedad y presentan mayor riesgo de sufrir depresión.
Además, señala que la tasa de abandono temprano de la educación y formación sigue siendo muy elevada en 2020 (20,2 % entre los hombres y 11,6 % entre las mujeres) y que el cierre de los centros educativos por la pandemia ha sido negativo para los jóvenes.
En materia sanitaria, el texto pone de relieve la necesidad de refundar la atención primaria, prestar mayor atención a nuevas profesiones y al papel de la enfermería, desarrollar la especialidad de medicina preventiva y salud pública y, sobre todo, impulsar la formación continua, poner fin a la temporalidad de los profesionales sanitarios y su consiguiente precariedad laboral.
El cuidado de los mayores
Otro de los colectivos que más ha sufrido en los últimos años es el de las personas mayores, pues la COVID-19 «ha visibilizado importantes carencias en el actual sistema de cuidados y muy especialmente en las residencias». Carencias que tienen que ver con la atención de las personas con dependencia y con la precariedad de los profesionales del cuidado, mujeres migrantes en su mayoría.
Así, el informe considera que es una necesidad «avanzar en la paulatina reconversión de las residencias tradicionales en unidades de convivencia, habitadas por pequeños grupos de personas con profesionales estables y una vida cotidiana normalizada y con sentido para ellas».
El informe incide en la necesidad de avanzar en la paulatina reconversión de las residencias tradicionales en unidades de convivencia, habitadas por grupos pequeños de personas con profesionales estables y una vida cotidiana normalizada y con sentido para ellas. Todo ello en un entorno hogareño facilitador de la generación de un clima familiar, cálido y de preservación de sus capacidades.