Hoy no me puedo levantar: las heridas maquilladas - Alfa y Omega

El musical de Hoy no me puedo levantar ha sido un fenómeno sin precedentes en los escenarios españoles. Más de tres millones de espectadores y todavía no han puesto el cartel de fin de temporada. ¿Por qué da tanto de sí este musical? ¿Es comprensible que haya gente que lo ha visto más de dos y tres veces? En el musical ha habido un antes y un después desde que se reestrenó en 2013. Nacho Cano ya no participa en el proyecto, y esto, se nota.

La historia es sencilla y previsible en algunos giros. Año 1980, dos amigos, Mario y Colate, dejan el pueblo para alcanzar su sueño: formar un grupo musical y grabar un disco. Es la época de la movida madrileña. Allí se encuentran una ciudad que ofrece mucha diversión, posibilidades, éxito… pero la movida tiene otra cara no tan colorida (nos lo cuenta Fabio Mcnamara en el libro que acaba de publicar Mario Vaquerizo). Mario y Colate se ven arrastrados al vértigo de la noche, las drogas, la fama…

Se entrecruzan buenos amigos, amores ideales, libertad sexual, éxito y dinero. Pero, no sólo, porque el guión de David Serrano es sincero y pone todas las cartas sobre la mesa. Los 80 también trajeron SIDA, muerte, suicidios, heridas… Aún así, creo que queda demasiado maquillada esta década para el drama que muchísimas familias vivieron, porque «con la mierda del caballo no hay quien pueda» como dice una canción de José María Cano.

Foto: José Carlos Nievas.

No se asusten, que hay mucha comedia, aunque con demasiado petardeo. Los personajes no están bien perfilados, están huecos, les faltan matices más allá de los tópicos. No está reñida la calidad con la comicidad. Cuesta entrar en la historia hasta que acontece lo que todos esperamos. Colate es el personaje mejor terminado, por eso conmueve. No podemos olvidar que no es un guión que se ha musicalizado, sino que a partir de un gran repertorio musical de los hermanos Cano se ha creado una historia. Éste es el motivo de que algunos temas se introduzcan de una forma muy abrupta como el de Laika/Dalí, pero es tan buena la mezcla que se perdona la excusa para introducirla.

La puesta en escena es espectacular, con muchos más efectos especiales que en las temporadas anteriores —les aconsejo no sentarse en las primeras filas…—. Toda una experiencia visual. El vestuario también merece un aplauso y las coreografías donde destacan, entre otros, Laura Salvador, Dani Tatay y Álex González-Chávarri (cuasi-perfecto).

Foto: José Carlos Nievas.

Por supuesto que la música es en directo, pero no se ven a los intérpretes salvo por una pequeña pantalla. Eché en falta la distribución que en las temporadas anteriores había con algunos de ellos en los laterales del escenario, y también el «toque» de Nacho Cano en los arreglos -trompetas, percusión, el sonido ochentero del sintetizador que le caracteriza…-. Una pena para los que hemos sido grupies de Mecano.

Dirán que no he comentado nada sobre los actores, y llevan razón. El motivo es que a la función que fui faltaban algunos de los actores principales y los covers fueron los protagonistas. Xavi Navarro interpretaba a Mario, papel que hace normalmente Daniel Diges —de quien dicen que sus registros de voz erizan el vello—; Héctor Fernández bordó el papel de Colate, aunque normalmente lo interpreta Adrián Lastra, que ya es veterano en este musical. La conocida Angy Fernández (Factor X, Física o Química, Tu cara me suena…) rompe el escenario con esa voz tan potente que tiene encerrada en un cuerpo tan menudo, y otro televisivo de los 90 es David Carrillo, que interpreta a Guillermo desde casi los inicios del musical. Andrea Guasch (María) hipnotiza con su voz y su belleza.

Foto: José Carlos Nievas

Yo les recomiendo que vayan si les gusta la música de Mecano, si les gustan los musicales y si no van buscando una historia muy complicada, pero sobre todo, si quieren pasar un rato distendido sin vergüenza a cantar, bailar y hacer memoria de canciones que forman parte de nuestra historia. Se puede decir que es toda una experiencia gracias a la puesta en escena, aunque para los que hemos visto las temporadas anteriores puede que ésta se quede corta en algunos momentos —tendré que verla de nuevo con el elenco principal de actores para hacer un juicio mejor—. A pesar de los detalles mínimos negativos, esta producción se merece un fortísimo aplauso y ojalá se lleven a cabo proyectos tan ambiciosos porque cada día estoy más convencido de que en España hay mucho talento pero no hay oportunidad para que salga a la luz.

Hoy no me puedo levantar

★★★☆☆

Teatro:

Teatro Coliseum

Dirección:

Gran Vía, 78

Metro:

Plaza de España, Callao

OBRA FINALIZADA