Helen, profesora en Myanmar: «El Papa es de los pocos que no ha olvidado nuestro sufrimiento» - Alfa y Omega

Helen, profesora en Myanmar: «El Papa es de los pocos que no ha olvidado nuestro sufrimiento»

Esta profesora enseña en una escuela católica del estado de Karenni a pesar de los bombardeos del régimen que mataron a su hermana, interrumpen sus clases y aterrorizan a sus alumnos

Giammarco Sicuro
Foto: Giammarco Sicuro.

¿Es peligroso hacer este trabajo en el Myanmar actual?
Las escuelas han sido a menudo objetivo de los bombardeos de la Junta y en los últimos cuatro años el régimen ha matado a profesores y niños durante las clases. Por eso nos sentimos en peligro; pero, a pesar de ello, seguimos haciendo nuestro trabajo, esforzándonos al máximo para garantizar la educación de los alumnos. Todos somos profesores voluntarios y lo que lamentamos es no poder mantener nuestras aulas abiertas tanto como nos gustaría. A menudo hay alarmas aéreas y con cada una tenemos que interrumpir la clase y poner a salvo a los niños. Ocurre cada vez más.

¿Qué implica esto?
Una generación entera de niñas y niños en Myanmar están creciendo sin la oportunidad de una educación completa. Esto tendrá consecuencias terribles. Y luego está el aspecto psicológico. Imagínese que sus hijos tienen que interrumpir sus clases y saltar a un búnker. Sus corazones laten muy rápido.

Usted misma pagó un precio muy alto en estos bombardeos. ¿Quiere contar la historia de su hermana?
Se llamaba Elizabeth y era la más joven de la familia. Un día, cuando tenía 18 años, vino a verme y me dijo: «Helen, quiero unirme a los Free Burma Rangers y hacer algo útil por mi pueblo». Los Free Burma Rangers son una organización cristiana que trabaja como voluntaria en primera línea, prestando apoyo médico a los rebeldes y ayudando a los numerosos desplazados que pierden sus hogares.

¿Y luego qué pasó?
Un día me llamaron y me dijeron que estaba gravemente herida. Fui corriendo y me despedí de ella por última vez. Lloramos juntas y luego nos dejó [dice entre sollozos]. No pude aceptar la situación hasta el mes pasado, cuando celebramos una Misa en su memoria. Ese día me di cuenta de que sigue con nosotros, de que descansa en paz y de que dio su vida por un valor alto y noble.

¿Está orgullosa de ella?
Mucho, aunque echo de menos su sonrisa. Pero lo más importante es el ejemplo que nos dejó. Solo gracias a ella encuentro fuerzas para seguir haciendo lo que hago.

¿Qué importancia tiene en esto su fe cristiana?
Mucha. Los católicos aquí estamos sufriendo persecuciones y masacres, pero somos una comunidad unida y fuerte y tenemos a Dios de nuestro lado. Y no solo eso: el Papa Francisco no pierde ocasión para apoyarnos.

¿Le gustaría decir algo al Santo Padre?
Que le agradecemos las constantes llamadas que lleva años haciendo al pueblo de Myanmar. Es uno de los pocos que nunca ha olvidado el sufrimiento de nuestro pueblo durante estos largos años de conflicto y que ha renovado esas mismas oraciones durante la emergencia del terremoto que está causando tanto luto y una nueva emergencia humanitaria. Quiero decirle que nosotros también rezamos por él. Conocemos sus problemas de salud y esperamos que se recupere completa y rápidamente.

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