Gentes: Severino María Alonso, teólogo (en Ciudad Redonda)
Nos amenaza en todo momento la herejía pelagiana, que nos lleva a poner más el acento en nosotros mismos que en Dios, y a confiar más en nuestro esfuerzo personal –en nuestros métodos y planificaciones, en nuestras técnicas y recursos– que en la Gracia: prescindir de la oración o dedicarle escaso tiempo, caer en un activismo que revela, en el fondo, una gran pobreza interior, pensar que los resultados dependen de nuestra capacidad de hacer y programar… Sin Cristo no podemos hacer nada.
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