Gentes: Javier Escrivá, director del Instituto de Ciencias para la Familia (en Mundo Cristiano)
El matrimonio no fracasa; fracasan las personas. Un matrimonio no se rompe como se rompe un objeto. La comunidad conyugal puede perder intensidad, pero la capacidad creadora del ser humano sobrevive, y tiene una enorme capacidad y sorprendente poder de restaurar la convivencia perdida.
Edición impresa