Generation Kill. Se hizo la guerra donde nació la vida - Alfa y Omega

Generation Kill. Se hizo la guerra donde nació la vida

Iñako Rozas
os actores Alexander Skarsgård y Jon Huertas en un fotograma de la serie.
Los actores Alexander Skarsgård y Jon Huertas en un fotograma de la serie. Foto: Filmaffinity.

Tiene la guerra algo que puede hacer que parezca profundamente romántica al ser escrita o rodada; historias de amistad y compañerismo; actos de valentía que hacen ganar medallas y quedar en el recuerdo de aquellos que, al volver, hablarán de héroes que hicieron de la tierra un lugar mejor. Yo no sé si la serie que este jueves les traigo puede encasillarse en esa hemingwayana visión del conflicto. Pues Generation Kill, cuyos siete episodios tienen a su disposición en MAX, narra una guerra y, sobre todo, las misiones de un grupo de marines, que distan mucho de lo que se ha contado en otros sitios.

Generation Kill muestra de una forma casi documental cómo la compañía Bravo de la Primera División de Marines entra en Irak en el año 2003. Un punto de vista que la serie toma del libro en que se basa, escrito por Evan Wright, periodista de la Rolling Stone, quien entró con los marines durante la invasión y que, además, aparece como personaje en los diferentes episodios. Una narración cruda, fría y puede que muy real que muestra los intríngulis de este grupo de militares, quienes con el tiempo se vio que ganaron la guerra para dejar un conflicto. Porque ya les digo que lejos de explotar esas emociones a las que las películas y series del género nos tienen acostumbrados, hay aquí una objetividad casi terrible, que muestra lo mejor y lo peor del ser humano y que uno mismo tiene que saber reconocer.

Hace ya algún tiempo que Generation Kill pasó por mi vida pero nunca olvidaré una línea de diálogo —creo que en el episodio titulado La cuna de la civilización— entre una iraquí y un marine, en la que la mujer preguntaba que por qué estaban allí. El capitán contestó que estaban allí para ayudarlos. «Yo vengo de Bagdad, que es una ciudad preciosa y ustedes la están bombardeando. ¿Es para mejorar mi calidad de vida?», sentencia la mujer. Qué triste es pensar cuántas veces se hace la guerra allí donde se hizo la vida.