Francisco respalda el proyecto 13 Casas de ayuda a personas sin hogar

En un emotivo gesto lleno de significado, el Papa bendijo este domingo, justo antes de almorzar con 1.300 personas necesitadas en el Vaticano, las llaves de bronce de 30 cm de largo esculpidas por el artista Timothy Schmalz. Estas llaves simbolizan los hogares de los 13 países elegidos por la Alianza Famvin con las Personas sin Hogar (FHA) para ofrecer condiciones de vida dignas a diversas familias. Se trata de una iniciativa especial de la Familia Vicenciana, en línea con el tema del Año Jubilar 2025 de la Iglesia, «Peregrinos de esperanza», que busca aliviar el sufrimiento de las personas sin hogar en todo el mundo, guiados por el espíritu de San Vicente de Paúl.

Desde 2018, el proyecto 13 Casas ha proporcionado refugio a más de 10.000 personas en 70 países de todo el mundo. Durante el Año Jubilar, que comenzará el 24 de diciembre, el objetivo es expandirse a nuevos territorios, entre ellos Siria, un país devastado por 13 años de guerra incesante. Francisco ha apoyado personalmente esta iniciativa y «quiso que Siria estuviera en la nueva lista», afirma Nathalie Monteza, una de las coordinadoras del proyecto, que se desarrollará hasta noviembre de 2025. Además de Siria, los otros doce países donde se implementará el proyecto son: Australia, Brasil, Camboya, República Centroafricana, Chile, Costa Rica, Italia, Senegal, Tanzania, Tonga, Reino Unido y Ucrania.

La selección de los países se basó en varios criterios. «Queríamos que hubiese representación de todos los continentes y también visibilizar el ‘sin hogarismo’ en lugares que no solemos tener en el radar», explica Monteza. Por ello, se incluyeron territorios en conflicto o afectados por fenómenos meteorológicos extremos que obligan a miles de personas a huir. Según Mark McGreevy, coordinador de la FHA, la falta de acceso a la vivienda tiene causas múltiples y «nunca es igual en ningún país». Aunque la pobreza es un factor común, «los conflictos» y los «fenómenos meteorológicos extremos» generan cada vez más personas sin hogar.

En algunos lugares, como Ucrania y Siria, la reconstrucción en medio de los bombardeos «es una tarea ardua»,admite Monteza. Sin embargo, el proyecto no siempre implica construir «casas desde cero», sino mejorar las condiciones de vida de manera sostenible. Esto puede incluir proyectos de saneamiento o la construcción de escuelas, apoyándose en la presencia local de misioneros vicencianos. El objetivo es «aliviar el sufrimiento de las familias sin hogar en todo el mundo», resume McGreevy.

La bendición de las llaves por parte del Papa «es un hito en nuestra misión de llegar a los más vulnerables y de difundir el mensaje de esperanza y caridad que promueve la Iglesia. Al centrarnos en la vivienda, estamos respondiendo a una necesidad fundamental, encarnando el llamado del Jubileo», destaca McGreevy.

Además, con motivo de la Jornada Mundial de los Pobres, se espera que varias familias representativas de los trece países viajen a Roma para encontrarse con el Papa, un gesto que subraya «el alcance global de la misión de la Familia Vicenciana de apoyar a los más necesitados».