Francisco: «No podemos acostumbrarnos a las muertes en el trabajo» - Alfa y Omega

Francisco: «No podemos acostumbrarnos a las muertes en el trabajo»

El Papa se ha reunido este lunes con la Asociación Nacional de Trabajadores con Discapacidad Laboral (ANMIL). «Los accidentes laborales suceden cuando el trabajo se deshumaniza y se convierte en una exasperada carrera por el beneficio», ha dicho

Redacción
Un momento del encuentro del Papa con los miembros de ANMIL. Foto: Reuters / Vatican Media.

«El aumento de los accidentes se produce cuando el trabajo se deshumaniza y cuando el objetivo exclusivo es la productividad», ha dicho este lunes el Papa Francisco a los miembros de la Asociación Nacional de Trabajadores con Discapacidad Laboral (ANMIL), que agrupa a personas amputadas durante su actividad laboral, informa Vatican News.

«La vida no se vende por ningún motivo, tanto más si es pobre, precaria y frágil. Somos seres humanos y no máquinas», ha añadido el Papa, para quien «la seguridad en el trabajo es como el aire que respiramos: solo nos damos cuenta de su importancia cuando falla trágicamente, ¡y siempre es demasiado tarde!».

Ante unos 300 miembros de ANMIL, que está celebrando los 80 años de su fundación, Francisco ha pedido «mantener el foco de atención en la cuestión de la seguridad en el trabajo, donde todavía se producen demasiadas muertes y desgracias». Junto a ello, «no se trata solo de garantizar una asistencia y una seguridad social adecuadas a quienes sufren formas de discapacidad, sino también de dar nuevas oportunidades a personas que pueden reinsertarse y cuya dignidad exige ser plenamente reconocida».

Los accidentes laborales en España supusieron 337 muertes en el primer semestre de 2023, según el Ministerio de Trabajo.

Casi dos millones de personas mueren cada año en el mundo por causas laborales, según la Organización Internacional del Trabajo.

El trabajo se deshumaniza cuando «en lugar de ser el instrumento mediante el cual el ser humano se realiza poniéndose a disposición de la comunidad, se convierte en una exasperada carrera por el beneficio». Concretamente, «no se puede, en nombre de un mayor beneficio, exigir demasiadas horas de trabajo, disminuyendo la concentración, o contar las exigencias de seguridad como gastos innecesarios y pérdida de ganancias», ha exhortado. Igualmente, tampoco son aceptables «aquellos comportamientos de empresarios o legisladores que, en lugar de invertir en seguridad, prefieren lavar sus conciencias con alguna obra de caridad».

«En el mundo del trabajo a veces vivimos entregados a la idolatría del mercado», ha lamentado el Pontífice, para quien «no podemos acostumbrarnos a los accidentes laborales, ni resignarnos a la indiferencia ante ellos. No podemos aceptar el despilfarro de vidas humanas. Las muertes y lesiones son un trágico empobrecimiento social que afecta a todos, no solo a las empresas o familias implicadas».