Francisco mejora levemente: ha asistido a la Eucaristía en el hospital

Según el último parte médico, la salud del Papa Francisco «sigue siendo crítica». Sin embargo, también puntualizan que «no ha vuelto a tener crisis respiratorias». Estas informaciones llegan como un soplo de aire fresco después de la Oficina de la Santa Sede informara este sábado de que el Santo Padre había sufrido «una crisis respiratoria asmática prolongada» por la que requirió «la aplicación de oxígeno a alto flujo», así como una transfusión de sangre.

En este nuevo comunicado se especifican detalles médicos, como que el Pontífice «se ha sometido a las dos unidades de hematología concentrada con beneficio y su valor de hemoglobina ha aumentado». Esto ha provocado que su trombocitopenia —es decir, la insuficiencia de plaquetas— «se ha mantenido en niveles estables».

A pesar de ello, «algunos análisis de sangre muestran una insuficiencia renal inicial, leve, que actualmente está bajo control» y se mantiene «la oxigenoterapia de alto flujo a través de cánulas nasales». En este sentido, la nota destaca «la complejidad del cuadro clínico» que sufre el Papa, y recalca «la espera necesaria para que las terapias farmacológicas den algún resultado».

El pronóstico sigue siendo reservado. Mientras, han informado de que Francisco «continúa alerta y bien orientado». Muestra de ello es que, durante la mañana, en el piso habilitado en la décima planta del hospital, «ha asistido a la Santa Misa, junto a quienes le están cuidando durante estos días de hospitalización».