La Santa Sede mediará para que Rusia devuelva a los niños ucranianos deportados - Alfa y Omega

La Santa Sede mediará para que Rusia devuelva a los niños ucranianos deportados

Lo ha revelado el Papa en la rueda de prensa regresando de Hungría. También ha ofrecido más datos sobre su ingreso hospitalario de hace unas semanas: «No perdí el conocimiento»

Ángeles Conde Mir
Francisco responde a las preguntas de los periodistas de regreso a Roma. Foto: CNS Photo-Vatican Media

Como es habitual, el Papa Francisco ha respondido a los periodistas que le han acompañado en el avión papal durante este viaje a Hungría.

Dada la breve duración del viaje, el Pontífice no ha podido extenderse mucho en algunas respuestas, pero sí ha ofrecido interesante información sobre algunos asuntos que han protagonizado la actualidad durante las últimas semanas. Esta visita a Hungría ha estado marcada inevitablemente por la invasión de Ucrania. Además, en vísperas del viaje, el Papa recibió en el Vaticano al primer ministro ucraniano, Denys Shmyhal. Este le pidió ayuda para que la Santa Sede pueda mediar en el caso de los niños ucranianos robados por Rusia. El 17 de marzo, la Corte Penal Internacional emitió una orden de arresto contra Putin por crímenes de guerra por la deportación forzada de niños ucranianos desde zonas ocupadas por el ejército ruso. Preguntado por si la Santa Sede pondrá en marcha esta mediación, Francisco ha respondido que probablemente lo hará: «Creo que sí porque la Santa Sede ha actuado como intermediaria en algunas situaciones de intercambio de prisioneros y a través de la embajada fue bien, creo que esto también puede ir bien. Es importante. La Santa Sede está dispuesta a hacerlo porque es justo, es una cosa justa y hay que ayudar, para que esto no sea un casus belli, sino un caso humano. Es un problema de humanidad antes que un problema de un botín de guerra o de una transferencia de guerra. Todos los gestos humanos ayudan, pero los gestos de crueldad no ayudan. Debemos hacer todo lo humanamente posible».

El Papa también ha pedido que la acogida a los refugiados ucranianos, especialmente de las mujeres y de los niños, no se enfríe «porque si el entusiasmo decae, estas mujeres se quedan sin protección con el peligro de caer en manos de los buitres que siempre están buscando estas situaciones». «Tengamos cuidado de no perder esta tensión de ayuda que tenemos por los refugiados, esto concierne a todos», ha añadido.

Una misión en marcha

También ha sido preguntado por dos de los relevantes encuentros que ha mantenido durante estos tres días en Budapest y que también tienen relación con la paz en Ucrania. Tanto con Víktor Orban como con el metropolita Hilarión ha tratado la cuestión: «Usted imaginará que en este encuentro no solo hablamos de Caperucita Roja, ¿no?, hablamos de todas estas cosas. Se ha hablado de esto porque a todos nos interesa el camino de la paz. Yo estoy dispuesto. Estoy dispuesto a hacer todo lo que haya que hacer. Además, ahora hay una misión en marcha, pero aún no es pública. Vamos a ver cómo… Cuando sea pública la diré».

A propósito de Orban, ha sido interrogado por la cuestión de la inmigración. «Creo que es un problema que Europa debe tomar en sus manos, porque hay cinco países que son los que más sufren: Chipre, Grecia, Malta, Italia, España, porque son los países mediterráneos y la mayoría desembarca allí. Y si Europa no se hace cargo de esto, de un reparto justo de los inmigrantes, el problema solo será de estos países». En relación con este tema, Francisco también ha lamentado la caída de la natalidad en estos países europeos: «Un programa de migración, pero bien llevado con el modelo que algunos países han tenido con la migración (…) puede ayudar también a estos países que tienen una baja natalidad».

El Pontífice ha explicado que sigue manteniendo contacto con Rusia a través de su embajador ante la Santa Sede y del metropolita Antoine, sucesor de Hilarión. Francisco ha asegurado que el encuentro con Cirilo «habrá que hacerlo».

«No perdí el conocimiento»

También el Papa ha dicho que estará en la JMJ de Lisboa de agosto al hablar sobre su salud. Ha explicado el por qué de su ingreso hospitalario de hace unas semanas: «Lo que tuve fue un fuerte malestar al final de la audiencia del miércoles, no tenía ganas de comer, me acosté un poco, no perdí el conocimiento, pero sí que había una fiebre muy alta y a las tres de la tarde el médico me llevó inmediatamente al hospital. Tuve una fuerte neumonía aguda, en la parte inferior del pulmón, gracias a Dios se lo puedo decir, hasta tal punto que el organismo, el cuerpo, respondió bien. Gracias a Dios. Esto es lo que tuve».

Por último, también ha respondido a una pregunta sobre la restitución de algunas obras de arte que tiene el Vaticano a sus países de origen. Ha indicado que la máxima es «si has robado, lo debes restituir» en la medida en que se pueda hacer siempre después de un discernimiento.