Francisco celebra el quinto aniversario del Documento sobre la fraternidad humana - Alfa y Omega

Francisco celebra el quinto aniversario del Documento sobre la fraternidad humana

En su mensaje recalca que, «sin apertura al Padre de todos, no habrá sólidas ni estables razones para llamar a la fraternidad»

Rodrigo Moreno Quicios
El Papa Francisco junto al gran imán al-Tayeb antes de la firma del documento
El Papa Francisco junto al gran imán al-Tayeb antes de la firma del documento. Foto: CNS.

En la mañana del 4 de febrero, el Papa ha enviado un mensaje al secretario general del Premio Zayed por la Fraternidad Humana a través del cardenal español Miguel Ángel Ayuso Guixot, prefecto del Dicasterio para el Diálogo Interreligioso, quien lo ha leído en persona en Abu Dabi.

En su mensaje, Francisco recuerda «el quinto aniversario de la firma del Documento sobre la fraternidad humana junto al gran imán de Al Azhar el 4 de febrero de 2019. «Envío un sentido saludo y sentimientos de cálida amistad a todos los presentes este año en la presentación del Premio Zayed», comienza en su carta.

«Anima ver que el camino del diálogo, el compañerismo y la estima mutua que comenzó en Abu Dabi hace cinco años siga dando fruto», continúa el Papa. Y agradece al gran imán de Al Azhar, Ahmed al Tayeb, y al presidente de Emiratos Árabes Unidos, Mohamed bin Zayed Al Nahayan, por «su vital apoyo a iniciativas dirigidas a la promoción de valores de amistad social fundados sobre la verdad de que todos lo seres humanos no solamente son creados iguales, sino que además están todos intrínsecamente conectados como hermanos y hermanas e hijos de nuestro Padre en el Cielo».

El Pontífice felicita a los tres galardonados de este 2024: las organizaciones Nahdlatul Ulama y Muhammadiyah de Indonesia, el cardiólogo Magdi Yacoub de Egipto y la hermana Nelly León de Chile, presidenta de la fundación Mujer Levántate, centrada en la reintegración de mujeres en prisión. «Los premiados se han seleccionado de entre un gran número de candidatos y es otra señal de que los valores que celebramos y promovemos en toda nuestra familia humana», celebra.

Pero, a pesar de reconocer los éxitos, Francisco es también crítico con «los efectos de la ausencia de solidaridad fraterna que tantos hombres y mujeres padecen en todas partes de nuestro mundo». Se detiene especialmente en «la destrucción ambiental y la degradación social que causan un inmenso sufrimiento a un enorme número de nuestros hermanos y hermanas».

Un escenario por el que considera «muy oportuno llamar la atención sobre los principios que pueden guiar a la humanidad por las oscuras sombras de las injusticias, el odio y la guerra hacia la luz de una comunidad mundial marcada por los valores que se manifiestan en los esfuerzos de los premiados de este año».

Entre tales valores cita «la preocupación genuina por los pobres y enfermos, especialmente los niños, y un deseo de ayudar a los prisioneros y reintegrarlos en la sociedad». Y festeja que «todos los premiados, de maneras diferentes, emiten una luz importante en el camino para crear una solidaridad social y amor fraternal más grandes».

Pero el Pontífice no atribuye estos esfuerzos al mero voluntarismo y aclara que «ningún individuo ni esfuerzo humano por sí solo puede hacer progresar este camino». Citando su encíclica Fratelli tutti, matiza que «sin apertura al Padre de todos, no habrá sólidas ni estables razones para llamar a la fraternidad». Y aunque «la razón, por sí misma, es capaz de a duras penas alcanzar la igualdad entre hombres y dar estabilidad a su coexistencia cívica, no puede establecer la fraternidad».

«Llevo en mis oraciones que, cualquiera que participe en el Día Internacional» de la Fraternidad Humana que la ONU instituyó en 2021 para cada 4 de febrero, «no esté solo motivado por el ejemplo del trabajo de los premiados sino también por sus intuiciones religiosas y creencias que los inspiraron para tal generosidad del corazón».

Finalmente, Francisco se despide «enviando mi saludo y orantes buenos deseos a cada uno de vuestros hermanos y hermanas, especialmente a quienes sufren en cualquier modo». «Que sepan de la cercanía y preocupación de toda la gente de fe alrededor del mundo».