Francisco acepta la renuncia de McCarrick al Colegio Cardenalicio tras las acusaciones de abuso sexual - Alfa y Omega

Francisco acepta la renuncia de McCarrick al Colegio Cardenalicio tras las acusaciones de abuso sexual

La Santa Sede emitió la mañana del sábado un comunicado en el que daba a conocer que el Papa Francisco ha aceptado la renuncia a seguir formando parte del Colegio Cardenalicio del cardenal Theodore McCarrick, arzobispo emérito de Washington

Cristina Sánchez Aguilar

El Pontífice también ha ordenado la suspensión del ejercicio de cualquier ministerio público, junto a la obligación de permanecer en una casa hasta que le sea indicado, llevando una vida de oración y penitencia. hasta que las acusaciones contra él sean examinadas en un proceso canónico.

El purpurado, de 88 años, ha sido acusado de incurrir en abusos sexuales en los inicios de su carrera religiosa, hace casi 50 años, cuando ejercía como sacerdote en la archidiócesis de Nueva York. McCarrick ha negado en todo momento las acusaciones y en un comunicado aseguró haber colaborado «plenamente» con una investigación del Vaticano. Pero la archidiócesis neoyorquina informó el pasado 20 de junio de que una comisión de investigación había determinado que las acusaciones «estaban fundamentadas y eran creíbles». El pasado 20 de julio un hombre rompió su silencio después de 40 años y aseguró al New York Times que el cardenal McCarrick había abusado de él cuando era menor de edad, una situación que presuntamente se había prolongado durante dos décadas.

Tal como asegura un artículo del National Catholic Reporter, esta medida no tiene precedentes en EE. UU. «Varios cardenales estadounidenses han sido objeto de investigación en las últimas décadas por su manejo de los casos de abusos, pero ninguno había dejado previamente su cardenalato».

También semana, el cardenal Sean O’Malley, al frente de la Pontificia Comisión para la tutela de menores del Vaticano, se había mostrado «profundamente preocupado» por el caso del cardenal McCarrick: «Estas supuestas acciones son moralmente inaceptables e incompatibles con el papel de un sacerdote, obispo o cardenal».

Aludiendo a su experiencia en la comisión y en el trabajo en varias diócesis, asegura que «la Iglesia necesita tomar medidas rápidas y decisivas con respecto a estos asuntos de importancia crítica». Y deja claro algo: «En todos los casos de denuncias hechas por víctimas de abuso sexual, ya sean violaciones criminales o abuso de poder, la principal preocupación debe ser la víctima, su familia y sus seres queridos». Las víctimas, añade, «deben ser elogiadas por sacar a la luz su trágica experiencia y deben ser tratadas con respeto y dignidad».