Fallece Javier Prieto, sacerdote de Zamora recientemente ordenado - Alfa y Omega

Fallece Javier Prieto, sacerdote de Zamora recientemente ordenado

Hace apenas dos meses fue el rostro de la campaña del Día del Seminario

José Calderero de Aldecoa
El sacerdote Javier Prieto durante la presentación del Día del Seminario
El sacerdote Javier Prieto durante la presentación del Día del Seminario. Foto: José Calderero de Aldecoa.

Con «profundo dolor», la diócesis de Zamora ha comunicado el fallecimiento de Javier Prieto Prieto, ordenado sacerdote el pasado 22 de febrero de 2025. Tenía solo 38 años. «Su paso por el ministerio sacerdotal fue breve, pero marcado por una entrega generosa y un compromiso pastoral profundamente enraizado en su historia personal y vocacional», se lee en el comunicado.

Prieto fue, recientemente, el rostro de la campaña del Día del Seminario, presentada hace apenas dos meses. Entonces, era el último joven que se había ordenado como sacerdote en España. En ese contexto fue entrevistado por Alfa y Omega.

Durante la conversación, el presbítero reconocía que «las masificaciones y los grandes números ya no son reales en nuestra Iglesia». Una realidad que él tiene perfectamente asumida: «Me ayudó mucho aceptar la vocación en una Iglesia real, no de papel ni un boceto de lo que tendría que ser, sino lo que somos. Es bueno y nos hace bien».

Javier Prieto también desmitificaba la llamada del Señor como un gran acontecimiento en el que uno se cae del caballo y escucha la voz de Dios. «A veces vemos la vocación como fuegos artificiales, pero sobre todo tiene que ver con el Espíritu, con el susurro y con la brisa».

En su caso, dejó un buen trabajo como consultor financiero en Madrid para ordenarse sacerdote. «La vocación no me vino de repente, sino que aprendí a reconocerla. Cuando uno está discerniendo, se da cuenta de que el Señor le ha estado llamando muchas veces y de muchas maneras. No es una luz de pronto, sino que empiezas a darte cuenta de lo que te ha ido diciendo. El Señor me ha ido llamando desde siempre».

Apasionado por el patrimonio y la historia

Nacido en Fuentesaúco, Javier vivió parte de su infancia y juventud fuera de la provincia, en Santiago de Compostela y luego en Madrid, donde completó estudios universitarios en Derecho y Administración de Empresas entre los años 2004 y 2010. Así lo detalla la diócesis en el comunicado. Su pasión por el patrimonio y la historia le llevó a Salamanca, donde cursó un máster en Patrimonio Cultural. Esta formación fue el punto de retorno a su tierra, donde se implicó activamente en la vida cultural y religiosa, especialmente en la Junta Pro Semana Santa de su localidad natal.

Fue durante el curso 2010/11 cuando comenzó su vinculación más estrecha con la vida diocesana, a través del grupo de jóvenes cofrades, participando en las iniciativas previas a la Jornada Mundial de la Juventud de Madrid y en los Días en la Diócesis.

A lo largo de esos años, su implicación en diversos ámbitos pastorales fue despertando y consolidando su vocación. A pesar de que en 2014 se trasladó nuevamente a Madrid para trabajar en el sector de la consultoría financiera, el deseo de entregarse plenamente al servicio de la Iglesia fue madurando con fuerza e inició formalmente un proceso de discernimiento vocacional que se tradujo en su ingreso en el Seminario Mayor de Zamora.

Durante su formación teológica en la Universidad Pontificia de Salamanca y en el Teologado de Ávila, Javier se integró en distintas comunidades parroquiales donde ejerció su pastoral como seminarista: San Lorenzo en la capital, las parroquias rurales del entorno de Sanzoles y Fuentespreadas, así como en Benavente. Tras concluir sus estudios en 2021, asumió la tarea de formador en el Seminario Menor.

Desde enero de 2022 desarrolló su labor pastoral en la comarca de Aliste y en paralelo cursó su licenciatura en Teología Dogmática en la UPSA.

Fue ordenado diácono el 11 de marzo de 2023 por el obispo Fernando Valera, en su parroquia natal. En el ejercicio de su diaconado, prestó servicio en Aliste y trabajó en varios centros educativos, como los colegios Corazón de María, San Vicente de Benavente y Amor de Dios de Toro. Finalmente, en septiembre de 2024, comenzó su ministerio sacerdotal en las parroquias de Toro y su Alfoz.

Recientemente había asumido tareas en el ámbito de la comunicación diocesana. Su inesperada partida nos deja un testimonio de fe madura, cultivada en lo cotidiano; una vocación tejida entre el compromiso, la búsqueda intelectual, la pasión por la cultura y el amor a la Iglesia.

La diócesis de Zamora, en comunión con su familia y comunidades pastorales, da gracias por su vida y ministerio, y pide al Señor que le conceda el descanso eterno prometido a sus siervos fieles. Descanse en Dios, descanse en paz.