Exposición sobre el centenario del IEME: «No han faltado persecuciones»
Con dos años de retraso por culpa de la pandemia, el Instituto Español de Misiones Extranjeras al fin puede presentar al público la muestra que recoge sus 100 años de historia
El Instituto Español de Misiones Extranjeras (IEME) nació en un momento en el que solo las congregaciones religiosas se dedicaban a esto de la misión. La entidad, sin embargo, aspiraba a alentar en este campo a los sacerdotes diocesanos españoles. Por eso, su irrupción en la Iglesia supuso toda una revolución.
Gran parte de culpa la tuvo un sacerdote santanderino, Gerardo Villota, que creó el Colegio Eclesiástico de Ultramar para posibilitar la misión en el extranjero del clero, aunque murió poco después. Su legado lo impulsó el Papa Benedicto XV, que nombró al cardenal Juan Benlloch como obispo de Burgos en 1919 y le pidió que preparara sacerdotes para salir al extranjero.
De esta forma, Benlloch abrió el Seminario Misionero de Burgos en 1920, institución que posteriormente se convirtió en el Instituto Español de Misiones Extranjeras, por el que han pasado cerca de 500 misioneros a lo largo de sus cien años de historia y que hoy cuenta con unos 120 sacerdotes aproximadamente repartidos por los cinco continentes.
Ahora toda esta historia está recogida en una exposición, la Exposición del Centenario –como se llama– que tenía previsto abrirse al público hace dos años pero que la pandemia ha retrasado hasta este jueves 24 de marzo de 2022. Se podrá contemplar en la sede del IEME, que se encuentra en la calle Ferrer del Río, número 17, de Madrid, a lo largo del próximo mes.
«Hemos utilizado como símbolo el río, y hay cierta ambientación acuática». Y como en cualquier cauce, hay curvas, que según el discurso de la exposición representa a los momentos difíciles. «No han faltado persecuciones, como el encarcelamiento durante dos años de uno de nuestros misioneros en Mozambique, y hasta el asesinato de algunos compañeros», asegura Luis Ángel Plaza, director general del instituto desde mayo de 2018. «En Guatemala, por ejemplo, mataron a uno durante la guerra civil. Fue muy duro. También acabaron con otro misionero en Perú, que se oponía a las corruptelas del Ayuntamiento de su zona».
Como buen río, la Exposición del Centenario también tendrá una parte dedicada a los frutos, esos que suelen crecer al regarlos. «Allí aparecen muchas de las cosas que se han hecho, como traducciones de libros, obras compuestas, construcción de escuelas o la puesta en marcha de organizaciones de derechos humanos que todavía hoy siguen funcionando…». La idea es que el visitante pueda acercarse a todas estas realidades a través de las fotografías recogidas en la exposición y también a través de pequeños objetos que forman parte de la muestra.
La exposición concluye con una parte dedicada al presente y al futuro del IEME, donde se habla «de la animación misionera en las diócesis españolas o de la atención a los misioneros mayores», concluye Luis Ángel Plaza, director general del Instituto Español de Misiones Extranjeras (IEME).