Esto opina el Papa León XIV sobre el caso Becciu, cuya apelación se empieza a juzgar
León XIV se reunió la semana pasada con el juez español que decidirá sobre la apelación de Becciu y el resto de condenados en el caso. Los abogados defensores afirman que presentarán nuevas pruebas
«Tenemos que evitar las malas decisiones que se tomaron en los últimos años. Se le dio gran publicidad a la compra de este edificio en Londres, en Sloane Avenue, y cuántos millones se perdieron por eso». Así se refiere el Papa León XIV al caso Becciu en la entrevista concedida a la vaticanista estadounidense Elise Ann Allen, dada a conocer la semana pasada.
«Creo que ya durante el tiempo de Francisco se tomaron medidas significativas para establecer nuevos controles y equilibrios sobre cómo sería la operación financiera, cómo funcionaría», proseguía su sucesor. «Ha habido algunas cosas muy positivas en ese sentido, por lo que los resultados se están viendo».

Sin embargo, el que tal vez ha sido el juicio más célebre del Vaticano sigue coleando. A partir de este lunes el juez español Alejandro Arellano Cedillo, decano del Tribunal de la Rota, preside la corte de tres magistrados que juzga la apelación de Angelo Becciu, de 77 años. El 16 de diciembre de 2023, fue condenado a cinco años y medio por malversación con prohibición de ocupar cargos públicos. También se le sancionó con una multa de 8.000 euros.
El juez Arellano se reunió el pasado jueves con el Papa León XIV para informarle sobre el proceso. El Pontífice podría tener la última palabra concediendo una gracia.
El Papa Francisco retiró a quien fue prefecto de la entonces Congregación para las Causas de los Santos sus derechos cardenalicios por su implicación en este escándalo financiero, recuerda EFE. Tras la muerte del Pontífice argentino Becciu renunció a participar en el cónclave por la división que creó entre los cardenales su posible participación. Con todo, se sigue declarando inocente.
Nuevas pruebas
En la apelación se evaluarán los recursos a la sentencia que han presentado tanto los abogados de los otros cinco condenados como el fiscal, Alessandro Diddi. Este la considera demasiado leve, y podría durar al menos un año.
Entre las nuevas pruebas que aportará la defensa del cardenal, según apuntan algunos medios, estarán los mensajes de WhatsApp entre la que fue colaboradora del Vaticano Francesca Immacolata Chaouqui y Genoveffa Ciferri, estrecha colaboradora de Alberto Perlasca, acusador de Becciu.
Estas conversaciones han dado lugar a dos investigaciones penales. La primera tiene lugar en Roma, tras una denuncia del propio Becciu contra Chaouqui. La otra se lleva a cabo en la oficina del promotor de justicia del Vaticano, donde Chaouqui está acusada de tráfico de influencias, perjurio y cohecho.

Un agujero de 139 millones de euros
El escándalo estalló en 2019, al trascender la compra de un edificio en Londres por parte de la Secretaría de Estado. Esta derivó en una operación altamente especulativa que generó un agujero de al menos 139 millones de euros en las cuentas de la Santa Sede. El edificio en la exclusiva calle londinense de Sloane Avenue había costado al Vaticano unos 350 millones de euros, pero luego fue vendido por 186 millones de libras (unos 214 millones de euros).
Además, durante el proceso surgieron otros delitos financieros cometidos presuntamente por Becciu. Entre ellos están las donaciones de 125.000 euros que el cardenal ingresó en la cuenta de una asociación vinculada a la Cáritas sarda de Ozieri, que en ese momento presidía uno de sus hermanos.
Asimismo, se registró un pago de 575.000 euros a Cecilia Marogna, una mujer a quien se contrató por presentarse como experta en asuntos diplomáticos y servicios secretos y que supuestamente ayudó a la Santa Sede a liberar a una monja colombiana secuestrada en Malí, Gloria Cecilia Narváez. Becciu aseguró que el Papa Francisco había autorizado estos pagos.